16 de diciembre 2003 - 00:00

Hasta julio no estará peor. Para después el Fondo exige más de 5%

Trascendió un informe del staff del FMI preparado poco después de la firma del último acuerdo en setiembre. Advierte que si el gobierno mantiene el superávit primario en 3% del PBI, en 2005 y años siguientes no se podría pagar la deuda que hoy se cumple (BODEN y préstamos garantizados). Inclusive señala que, aun llevando ese número a 5%, habrá dudas sobre la Argentina por el alto nivel de la deuda (fruto del festival de BODEN lanzado por Duhalde al salir de la convertibilidad). Sostiene que no hay más margen para recorte de gastos y que la mejora sólo puede venir por ajustes impositivos. Obviamente, hay críticas por la demora en acordar con acreedores y resolver la situación de las empresas privatizadas.

Facsísimil del reporte confidencial del staff del FMI, que consta de 79 páginas con su visión de la situación económica del país. Advierte sobre riesgos a mediano plazo.
Facsísimil del reporte confidencial del staff del FMI, que consta de 79 páginas con su visión de la situación económica del país. Advierte sobre riesgos a mediano plazo.
Trascendió un completo informe del Fondo Monetario Internacional sobre la Argentina, en el cual advierte sobre los riesgos existentes en lo económico y las medidas que deben tomarse para evitarlos. El documento fue preparado por el Departamento del Hemisferio Occidental a cargo de Anoop Singh al momento de la firma del acuerdo con el gobierno y luego del default por 48 horas en el que entró el país.

El gobierno argentino, a través de Roberto Lavagna, no autorizó la difusión del mismo (por disposiciones internas del FMI queda a disposición de cada país la publicidad de los mismos) y sólo fue incluido en un sitio de Internet de acceso exclusivo al Directorio Ejecutivo del FMI y las autoridades argentinas.

A diferencia de la Carta de Intención dada a conocer por el Ministerio de Economía, la clave de este informe es que expresa el pensamiento del staff del FMI sobre lo que sucede en la Argentina. Cabe recordar que lo difundido sobre el acuerdo hace tres meses, simplemente incluía el análisis de la situación del país, por parte del gobierno sin juicios de valor del FMI sobre el cumplimiento del nuevo acuerdo. Así en las 79 páginas del informe sobre la Argentina, el FMI plantea sus dudas sobre el pago de la deuda que no está en default para 2005 (BODEN y Préstamos Garantizados), critica la demora en negociar con acreedores, y la delicada situación del sistema financiero. En un anexo, destaca el informe que («el superávit de 3% del PBI en promedio sobre 2005-2006 no sería suficiente para cubrir los pagos de la deuda (la que actualmente se respeta) después de 2004); tampoco dejaría lugar para los pagos a acreedores que surgirían de la fase 2 (deuda en default»).

Estos son los capítulos principales del informe:

INTRODUCCION

• El nuevo acuerdo apunta a la vulnerabilidad que surge del masivo default en el sector público y privado, un sistema financiero subcapitalizado y no rentable y un pobre clima de negocios.

• El progreso en reformas estructurales fue limitado y hubo retrocesos. Esta experiencia muestra una clara lección de la importancia del consenso político para llevar a cabo reformas estructurales en la Argentina. Hubo un número de retrocesos que incluyeron: la introducción de autolimitaciones en regulación bancaria, lo que continúa demorando el conocimiento de la verdadera condición financiera de los bancos; la mayor erosión de los derechos de los acreedores como la excepción de las compañías de medios en Argentina a la provisión del «cramdown» en la Ley de Quiebras (acreedores puedan hacerse cargo de la misma).

• El sistema financiero es actualmente líquido, pero continúa generando significativas pérdidas y el crédito aún tiene que resurgir. Las pérdidas en bancos resultan principalmente de los altos créditos en mora (que en promedio ascienden a 50% del total).

• Hubo avances en el plan para reestructurar la deuda pública. Sin embargo, los acreedores se han visto frustrados por la falta de progreso en los pasos iniciales rumbo a un decisivo nivel y por continuar las incertidumbres acerca de las intenciones del gobierno con relación a la reestructuración.

• Aparentemente hubo poco progreso en la reestructuración de la deuda privada. Cerca de 65% de los u$s 50.000 millones de la misma, se estima que no se cumple (está en default). El limitado progreso parece reflejar principalmente las incertidumbres en relación a la política económica futura y las demoras en renegociar las tarifas de las empresas de servicios públicos (tienen una porción mayoritaria de la deuda privada). La lección de esta experiencia, al igual que la de otros países, es la importancia de crear condiciones para la renegociación de la deuda privada en orden a que la inversión y el crecimiento retornen de manera sostenida.

CONTEXTO POLITICO

• La estrategia económica del gobierno ha tomado tiempo para emerger. El Presidente ha hablado repetidamente de la importancia que asigna a mover a la Argentina de medidas orientadas a la crisis económica y normalizando las relaciones económicas y políticas. Sin embargo, en temas sensibles como tarifas, compensación a bancos, acreedores externos, muchos en la administración aparecen haber adoptado relativamente una línea dura.

METAS ESTRATEGICAS

• En lo que respecta a la deuda pública, la meta es reducir la relación deuda-PBI de los niveles previstos para fin de año de 150% a un nivel sustentable. Esto requiere un significativo aumento del superávit primario consolidado, un acuerdo con acreedores que otorgue suficiente alivio y la renovación de loa mayoría de los vencimientos de deuda doméstica (BODEN y Préstamos garantizados principalmente) hasta 2006.

• Elevar el superávit primario a mediano plazo es necesario para: atender las obligaciones con organismos y acreedores oficiales y en la deuda actualmente que se está cumpliendo; apuntalar una reestructuración creíble de la deuda en default. Las autoridades aún tienen que cuantificar el sendero del superávit primario más allá de 3% previsto en 2004, aunque se han comprometido a subirlo a los niveles suficientes para alcanzar los objetivos arriba mencionados. Sin embargo, aún un superávit primario del orden de 4,5%-5% del PBI y una deuda reestructurada con una quita más profunda que la que anticipan los precios de los actuales bonos, dejaría en un inconfortablemente alto nivel, la deuda posreestructuración por muchos años.

• Una reforma fiscal es necesaria para lograr los superávit primarios necesarios. Con el gasto público ya comprimido, concentrado ampliamente en salarios y jubilaciones, no hay mucho margen por un recorte de gastos de amplia escala en el corto plazo.

REFORMA FISCAL ESTRUCTURAL

• El staff del FMI sostiene que el sistema impositivo debería ser reformado. Apuntarían a: ampliar la base del IVA, aumentar los impuestos internos, reducir el mínimo no imponible del impuesto a las ganancias para las personas, incluir el pago de intereses y dividendos, y eliminar los impuestos distorsivos en las transacciones financieras y exportaciones. Las autoridades tomaron la visión de que restricciones políticas y sociales previenen su accionar en el mínimo a personas para ganancias en tanto que el timing para la reducción de impuestos está limitado a la falta de ingresos alternativos.

EMPRESAS DE SERVICIOS PUBLICOS

• Las autoridades acordaron establecer un estructura más transparente y previsible de renegociación de las concesiones públicas, pero no se compitieron a un cronograma para implementar medidas específicas. El staff destacó la necesidad de una rápida conclusión del proceso de renegociación y establecer una nueva estructura reguladora, que permitiría a las concesionarias cubrir los costos operativos y resolver reclamos legales en tribunales internacionales (suman u$s 18.000 millones).

RIESGOS AL ACUERDO

• El riesgo principal al acuerdo es que los elementos clave de reforma fiscal y bancaria que son cruciales para la sostenibilidad, se formularon en una etapa posterior. Las autoridades ven esta secuencia de acciones como necesarias para consolidar un fuerte consenso doméstico a las reformas. Igualmente trae muchos riesgos: en particular hay uno claro: que la ausencia de los compromisos previos escondan diferencias fundamentales con la visión del staff en áreas clave; en la deuda, la ausencia de un compromiso fiscal de mediano plazo trae incertidumbre y afecta la credibilidad de la estrategia en la renegociación; un riesgo mayor -y fuente de preocupación del mercado- es la estrategia de las autoridades para reestructurar la deuda con acreedores privados.

Como resultado, las revisiones del programa serán esencialmente importantes. Dado los riesgos considerables, el programa será sujeto de monitoreo cercano.

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