El flamante y renovado mercado de títulos públicos de deuda soberana argentina emitida bajo legislación internacional, ahora reestructurado, dejó en claro ayer en su primer día de cotización que el bono estrella será el Global 2035, seguido por el 2030. Si bien se preveía hasta el viernes que sería este segundo bono (el de más corto plazo) el que concentraría la atención, finalmente el que fue más demandado fue el que mayor volumen de emisión mostró en el canje de deuda. El 2035 cotización Nueva York, que en su mayoría está en poder de los grandes fondos de inversión con papeles originales emitidos desde el 2016 en adelante (y que, se supone, están en manos de BlackRock, Ashmore, Fidelity, Contrarian y similar), tendrá una circulación de u$s20.502 millones, representando el 30% del total emitido en el canje cerrado definitivamente el viernes pasado. En segundo lugar en el podio se encuentra el Global 2030, con unos u$s16.091 millones, con un 24% del total; y en poder, en su mayor parte, de los tenedores de deuda emitida en los canjes 2005 y 2010, a los que se le ofreció el bono de menor plazo para compensar su decisión de ingresar al canje pese a tener posibilidades legales de avanzar en eventuales juicios en la justicia norteamericana del Segundo Distrito Sur de Nueva York.
El Global 2035, el nuevo faro de la deuda argentina bajo legislación extranjera
Se supone en poder de los grandes fondos, como BlackRock, Ashmore, Fidelity y Contrarian, con una circulación de u$s20.502 millones.
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Con este panorama, sabe ahora el ministerio de Economía que tiene una misión: mantener este mercado de deuda financiera internacional bajo control. Al menos hasta bien entrado el último trimestre del año; época en la cual ya estarían sobre la mesa las líneas generales de la estrategia económica del gobierno de Alberto Fernández, luego que el Congreso conozca los números y porcentajes del presupuesto para el 2021. Esta es la idea en el frente financiero que desde el ministerio de Economía se quiere aplicar, de manera inmediata. Comenzando hoy, con el segundo día de cotización de los flamantes títulos públicos bajo legislación internacional, emitidos para salir del default; y que ayer fueron presentados en sociedad. Para este mercado deberá funcionar el “Pacto de Caballeros” que los grandes bancos internacionales y fondos de inversión que entraron en el llamado, cerraron de manera virtual con el Bank of America y el HSBC; y, por el cual, no debería haber ventas masivas de los nuevos papeles en las próximas semanas. Ayer el mercado le dio el primer guiño al gobierno en esta línea, al sostenerse los precios de los bonos, y no observarse ordenes de ventas importantes, por parte de los tenedores de la deuda.
En cuanto al “Pacto de Caballeros”, y pese a un día de altas bajas en Wall Street, los títulos públicos argentinos se mantuvieron y sólo mostraron leves contracciones; más cercanas a una corrección que a una voluntad de venta. La interpretación oficial es que ese acuerdo virtual y clásico de los mercados financieros mundiales, se cumplió. La teoría es la siguiente. Siempre que se reestructura de manera voluntaria la deuda soberana o una gran empresa sale al mercado unos días después los grandes operadores financieros tenedores de esos papeles sostienen el precio o lo hacen crecer de manera prolija, pero nunca se viven avalanchas vendedoras que hagan que la inversión comience su vida útil con malas señales. Más aún si los colocadores son entidades del club de los grandes del mercado financiero mundial, como el Bank of America y el HSBC. Se trata de una estrategia habitual y normal de buenas artes del sistema financiero internacional, para que el precio de los bonos en una reestructuración reciente no colapse. En el pacto intervienen también intervienen los grandes fondos de inversión que reestructuraron la deuda en default, y entre los que se encuentran BlackRock, PIMCO, Templeton, Ashmore, Contrarian, Fidelity, Greylock y el resto de las grandes casas de inversión que finalmente aceptaron la propuesta del Gobierno; y que son los grandes poseedores del Global 2035. Todos evitarán revender rápidamente estos papeles (junto con el 2030), evitando perder rápidamente valor de los nuevos Globales, haciendo que la nueva deuda tenga un mal debut.
En general, la estrategia que se espera de los grandes fondos de inversión, debería ser la de sostener en el tiempo sus tenencias, a la espera de una estabilización en el precio de la deuda argentina, con la esperanza de que en algunos meses la economía local comience a dar signos serios de recuperación y el ministro Martín Guzmán muestre sus planes de mediano y largo plazo. Sin embargo este acuerdo/estrategia tiene plazo de vencimiento. Si ya iniciado el próximo año no hay señales serias de recuperación, si no hay novedades de un acuerdo con el FMI o las promesas fiscales, monetarias e inflacionarias no se cumplen las ventas podrían acelerarse. Y ya no estarán el Bank of America o el HSBC para parlamentar.
Para Guzmán, mantener este frente externo en paz, es fundamental para poder diseñar con cierta tranquilidad las líneas políticas internas. Nadie espera de los fondos de inversión y particulares (sin presencia en tenencias de la deuda local reestructurada), que se interesen en la deuda argentina y apuesten en el largo plazo por los nuevos títulos argentinos. Sabe Guzmán que por muchos años el país seguirá siendo un paria para los mercados financieros internacionales. Algo de esto se reflejó en la calificación de CCC+ que Standard & Poors le otorgó a los nuevos bonos, un nivel similar al que exhibe la deuda de países como la República del Congo, Mozambique, Belice y Angola. Menor además del B que logró Ecuador, reciente reestructurador.
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