Tanta presión en todas direcciones logró lo que esperaban ansiosamente los operadores bursátiles, que estaban con la caña en la mano y sin pesca. En el lenguaje acartonado que corresponde al organismo, se lanzó el comunicado con la rebaja del máximo esperado -50 puntos básicos menos-para la tasa de fondos federales.
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Y esto multiplicó por seis los avances del Dow Jones -en 300 puntos-para dar una fecha de jolgorio en todos los mercados de riesgo prescindiendo oportunamente del contexto que acecha.
En el mismo día, el petróleo veía a su barril volar por encima de los 80 dólares, que en otra época hubiera significado demoledora novedad recesiva para las economías y que ayer ocupó discreto segundo plano. Acaso habrá que esperar por el «después» del festejo, para saber si estos impulsos consiguen obtener consolidación.
Y en el final, el Dow Jones mostró 2,4% de avance, que alcanzó ritmo de samba en Brasil y 4,3% en el Bovespa. Buenos Aires se prendió en el muelle de pescadores, y su indicador pudo arrimar hasta un casi 3 por ciento de repunte. Con mínimo en 2.031, máximo y cierre de 2.090, en los umbrales de poder quebrar los 2.100 puntos y con el logro más destacable: dar vuelta el signo del año, pasándolo a positivo.
El balde lleno
No hubo lugar para la queja, todos se fueron con el «balde lleno» de buena pesca. Con un aumento en los negocios, hasta superar los $ 82 millones, la retirada de la oferta hizo el resto. Gran lucimiento en las del petróleo, con Tenaris trepando 5,5%, Petrobras en igual tono, y de allí hacia abajo toda la gama posible, sin verse signos negativos en ninguna del Merval. Fueron 64 papeles en aumento, por 22 bajistas, en contundente tres por uno a favor de las plazas mejorando. Un día que salió bien redondo, sobre el que habrá que aguardar réplicas y allí se verá la consistencia de este giro. La Bolsa, eufórica.
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