31 de marzo 2005 - 00:00

Lavagna rechazó bajar el IVA a los alimentos

Roberto Lavagna
Roberto Lavagna
El Ministerio de Economía, puertas adentro y a pedido del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, volvió a analizar y a rechazar tal como lo había hecho a fines de 2004 la posibilidad de reducir o eliminar el Impuesto al Valor Agregado (IVA) para algunos alimentos básicos de la canasta familiar, como mecanismo para combatir el alza de la inflación. La imposibilidad de garantizar con certeza que la reducción de la presión impositiva se traslade a los precios y la seguridad de que habría una baja sustancial en la recaudación hicieron que la idea se abandonara antes de conocerse públicamente.

El proyecto que se analizó, tras una conversación puntual entre el ministro de Economía y Alberto Fernández hace 20 días,
era la de llevar el IVA a 10,5% (en lugar de 21% actual) a un listado de productos entre los que se incluye arroz, papa, batata, azúcar, dulces, huevos, queso, bebidas edulcoradas, gaseosas, sal fina, sal gruesa, vinagre, café y té. El proyecto también incluía la posibilidad de eliminar la totalidad del tributo a productos como harina de trigo, fideos, hortalizas, frutas, carnes, aceites y yerba, que hoy pagan 10,5% de alícuota.

En varios de estos casos se registraron incrementos de precios en los últimos dos meses de entre 10% y 15%, y se suponía, al menos en los estudios preliminares que se realizaron en Economía, que una rebaja del IVA debería redundar en por lo menos una baja de precios similar al porcentaje de alzas.

Sin embargo, aparecieron también dentro de la AFIP dos argumentos en contra de la reducción. Por un lado, se calculó la potencial pérdida en la recaudación del IVA de por lo menos 100 millones de pesos mensuales (1.200 al año) como piso. La idea del ministro de Economía es no reducir ningún tributo durante 2005 y si hubiera margen fiscal para avanzar en esta dirección, se debería elegir el impuesto al cheque o, eventualmente, las retenciones a las exportaciones para productos como arroz, miel, algodón y jugos.

El segundo argumento es que ninguno de los funcionarios de Economía ni de la AFIP pudo garantizar una efectiva rebaja de los precios. Los hombres de Lavagna argumentaron incluso que se comunicaron con algunas autoridades de entidades que representan a los comercios más importantes y que fueron éstas las que explicaron la imposibilidad de garantizar las rebajas. Más bien fueron explícitas en lo contrario: que la reducción del IVA generará un margen que será absorbido por los comercios, manteniendo los precios actuales.

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