Ni Alan logra impulsar el Dow

El presidente de la Fed declaró ante el Congreso que la economía norteamericana se encuentra en el camino de la recuperación final. ¿Y? ¿Cuántas veces dijo eso durante los últimos dos años? ¿Cuántas veces rebajó el costo del dinero tratando de estimular la economía y los mercados? ¿Qué consiguió, además de perder más y más prestigio, cada vez que hacía una declaración "optimista"? Si es cierto que el mercado se recuperó de la debacle del lunes, sólo para cubrirse de alguna sorpresa, hizo bien. Pero la verdad es que fue sin que llegara a apostar en favor de que pudiera surgir algo capaz de cambiar las expectativas de los inversores. En la rueda de ayer el Dow perdió 1,92% cerrando en 8.473,11 puntos, y el NASDAQ 0,53%. Que uno pierda más que el otro, a esta altura es sólo un juego de tratar de ponerse al mismo nivel, pero hacia abajo, lo que no es demasiado bueno para las empresas cotizantes que ve subir el costo de capitalizarse día tras día. Y para ser sinceros, con los abusos descubiertos y todavía cubiertos de parte de las empresas y sus administradores, es algo bien merecido. Pero a esta altura hay que reconocer que la baja del mercado es por mucho más que el reventar de una burbuja especulativa, una perspectiva negativa sobre las ganancias futuras de las empresas o el espanto de los inversores ante los abusos contables. Ayer bastó que surgiera el rumor que Intel presentaría malos números tras el cierre de las operaciones para que el NASDAQ, que venía ganando 1,8%, se desplomara. Si algo refleja esto es que los inversores se mueven casi como si estuvieran al borde de un ataque de nervios. ¿Por qué? No lo sabemos, pero seguramente será difícil volver a recuperar la calma. Récord histórico de quiebras, endeudamiento sin precedentes, la economía norteamericana está, según se la mire, al borde.