8 de diciembre 2003 - 00:00

"Nunca un dólar alto hizo crecer economía"

El gobierno descansa en que el actual tipo de cambio alto y la situación fiscal garantizarán la mejora de la situación económica. Sin embargo, el economista Luis Secco duda de las dos afirmaciones. Según su visión, en la historia argentina nunca un dólar alto provocó el crecimiento. Además, considera que fiscalmente la posición tampoco es holgada. El diagnóstico de Luis Secco es el siguiente.

Periodista:
El equipo de Roberto Lavagna y muchos economistas también coinciden en que el tipo de cambio alto garantiza el crecimiento. ¿Coincide en el diagnóstico?

Luis Secco: Decididamente no. Un dólar alto nunca provocó período de crecimiento sostenido porque el crecimiento depende de tener un poder adquisitivo alto, y cuando mayor es, más mejora la economía. La propuesta de tener un dólar alto como condición para crecer no es real, porque supone un poder adquisitivo bajo.


P.:
¿El tipo de cambio actual garantiza el crecimiento?

L.S.: Es más que el doble del que existía al final de la convertibilidad, con lo cual es alto; y empíricamente, la historia económica argentina desde los '70 asegura que con situaciones como la actual no habría crecimiento sostenido. Además de que un tipo de cambio alto se relaciona con la desconfianza y la fuga de capitales.


P.:
¿Eso está pasando ahora?

L.S.: La fuga de capitales se desaceleró, pero la Argentina tampoco los recibe. Los datos sobre inversiones son débiles.


P.:
Sin embargo, es un dato cierto que la Argentina crecerá mucho este año y quizá también el próximo, y para muchos economistas es consecuencia directa de la salida de la convertibilidady la existencia de un tipo de cambio alto...

L.S.: Un dólar alto sirve para rebotar en un momento determinado, pero no garantiza el crecimiento, sino que en algún momento es un factor de freno. Si hacemos un análisis sectorial, nos damos cuenta de que 50 por ciento de los rubros es ajeno a las mejoras actuales y que la recuperación está muy concentrada en sectores puntuales.


P.:
El 2003 termina con una posición fiscal cómoda para Economía. ¿Cómo la ve usted?

L.S.: Cuando un ministro de Economía dice que sobrecumple las metas, tiene que tener en cuenta en qué situación lo dice. Primero, la Argentina es un país en default, que además gusta mostrarse, según las declaraciones de sus funcionarios, cómodo en esa situación. Segundo, no es verdad que la posición fiscal de la Argentina sea sólida.


P.:
Pero se asegura que la meta de 2,5% de superávit puede sobrecumplirse...

L.S.: Parece ser que todo el dinero de ese sobrecumplimiento se gastará, con lo cual si se cumplen las metas, sería de manera muy estrecha. Una decisión prudente sería ahorrar ese superávit dejando de tomar dinero del BCRA. Otra posibilidad es que el sobrecumplimiento, que podría llegar a los 1.300 millones de pesos, se destine a crear un fondo para garantizar el comienzo de los pagos cuando haya acuerdo con los acreedores de la deuda.


P.:
¿No podría estudiarse una rebaja impositiva?

L.S.: En mi visión, el gobierno no tiene una situación fiscal tan holgada como cree, porque necesita del financiamiento del BCRA. Ahora, si no existiera esta situación, es una decisión política la de aumentar el gasto direccionalmente como hace el gobierno o pensar en reducir impuestos.


P.:
¿Dónde ve usted la diferencia de las dos medidas?

L.S.: La diferencia es política e ideológica. En la primera, el gobierno cree que puede dirigir la economía orientando el gasto. En la segunda, depende de una confianza del gobierno hacia el público: la de esperar que un mayor ingreso por la baja de impuestos se destine al consumo y no, por ejemplo, a comprar dólares.

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