18 de marzo 2013 - 22:00

Parlamento chipriota aplaza votación del plan de ayuda

El anuncio fue hecho por el presidente del Partido Democrático, Marios Karogian.
El anuncio fue hecho por el presidente del Partido Democrático, Marios Karogian.
El Parlamento de Chipre votará este martes y no el lunes, como estaba previsto, el controvertido plan de rescate de la Unión Europea que aplica tasas a los depósitos de los chipriotas en los bancos de la isla mediterránea, anunció en la televisión el presidente del Partido Democrático, Marios Karogian.

Los ministros chipriotas aplazaron para el martes la revisión del plan que busca recaudar dinero de los depósitos bancarios como parte de un rescate de la Unión Europea (UE), en un esfuerzo para asegurar que los legisladores lo respalden en la votación.

El anuncio del fin de semana, de que Chipre establecería un impuesto a las cuentas bancarias como parte de un rescate de 10.000 millones de euros (13.000 millones de dólares), rompió las prácticas anteriores en las que los ahorros de los depositantes eran sacrosantos.

La medida también provocó temores en todo el bloque, derivando en un desplome del euro y de los mercados bursátiles.

Antes de la votación en el Parlamento, el Gobierno estaba trabajando en un plan para aliviar el golpe a los pequeños ahorristas, haciendo que la carga del impuesto se vuelque más hacia aquellos con depósitos mayores a 100.000 euros.

Como muchos de ellos son rusos, la iniciativa causó una reacción airada del presidente Vladimir Putin.

El Gobierno dice que Chipre no tiene otra opción que aceptar el rescate con el impuesto a los depósitos, o caer en la bancarrota.

Una fuente del Gobierno chipriota dijo a Reuters que la introducción de un umbral libre de impuestos para los depósitos bancarios menores estaba en discusión, pero aun no se había acordado.

La zona euro ha indicado que los cambios serían aceptables siempre que se mantenga el retorno de unos 6.000 millones de euros.

Si el Parlamento chipriota rechaza el acuerdo, la zona euro enfrentaría un riesgo real de recaer en la crisis.

Al margen de una conferencia en Berlín, Joerg Asmussen, un miembro del consejo del Banco Central Europeo (BCE), dijo: "Depende únicamente del Gobierno decidir si quiere cambiar la estructura de (...) la contribución del sector bancario".

"La cuestión importante es que se mantenga la contribución financiera de 5.800 millones de euros", agregó el funcionario, que ha tenido un papel clave en las discusiones del fin de semana.

Los residentes de la isla vaciaron sus cajeros automáticos para obtener sus fondos el sábado y el domingo. La medida también asustó a los depositantes en las economías más débiles de la zona euro y a los inversores que temen un precedente que podría reavivar la turbulencia del mercado.

Esto ocurre después de que el Banco Central Europeo calmara la situación financiera del bloque con la promesa de que haría todo lo posible para salvar al euro.

El euro descendía, aunque atenuaba las bajas más profundas que había registrado previamente en la sesión. Las acciones europeas exhibían un comportamiento similar, con una pérdida de un 2 por ciento, que luego se redujo a la mitad.

En el mercado de bonos, que suele ser la guía más clara de la tensión financiera en la zona euro, los futuros de los Bunds, los títulos públicos alemanes que son considerados un refugio ultraseguro para las inversiones, subían con fuerza.

Los bonos equivalentes de Italia se hundían, sugiriendo cierta preocupación de que Chipre pudiera afectar a sus vecinos más grandes.

"La crisis ha vuelto", dijo un operador de bonos. Bruselas ha hecho hincapié en que la medida es un hecho extraordinario en un país que representa tan sólo el 0,2% de la producción europea.

El peor temor es que los ahorristas en los grandes países europeos se pongan nerviosos y empiecen a retirar fondos, aunque no había señales inmediatas de eso el lunes temprano.

El economista estadounidense Paul Krugman escribió en The New York Times: "Es como si los europeos estuvieran llevando un cartel de neón, escrito en griego e italiano, diciendo: '¡Llegó la hora de la fuga de los depósitos de sus bancos!'".

El sector bancario de Chipre es mucho mayor que el tamaño de la economía real de la isla y sus bancos fueron castigados fuertemente por su exposición a Grecia, una vecina mucho mayor.

Su economía abierta hace que los bancos también atraigan fondos de los rusos. Moscú considera extender un préstamo vigente de 2.500 millones de euros para ayudar a rescatar la isla y dijo que no había llegado a una decisión.

Putin criticó al impuesto bancario por considerarlo injusto y establecer un antecedente peligroso.

"Al evaluar el impuesto adicional planeado a las cuentas bancarias en Chipre, Putin dijo que tal decisión, en caso de que se adopte, sería injusta, poco profesional y peligrosa", dijo el portavoz del Kremlin Dmitry Peskov a los reporteros.

La aprobación -en el dividido parlamento chipriota de 56 miembros- está lejos de ser algo seguro: ninguno de los partidos tiene una mayoría absoluta y tres de ellos dicen que no apoyarán el impuesto.

Una votación planeada inicialmente para el domingo fue reprogramada para dar más tiempo a la construcción de un consenso.

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