Los precios de los campos agrícolas y de los arrendamientos podrían caer hasta 50% en los próximos meses como consecuencia de la baja en el precio de la soja. Sin embargo, los campos ganaderos podrían repuntar -entre 10% y 20%- ante las mejores perspectivas que muestra la producción de carne.
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El valor de la oleaginosa registra una recorte de 35% desde los máximos alcanzados en marzo. Este hecho, que ha conmocionado al mercado agrícola, genera ganadores y perdedores, y un efecto dominó sobre los precios de las tierras productivas. Se calcula que los valores de los campos con aptitudes agrícolas podrían bajar con la misma magnitud que el «grano estrella», como se lo llamó durante los últimos meses, aunque el freno en la actividad de compraventa de campos impide calcular aún la magnitud de la baja. Hoy, quienes quieren comprar un campo quieren pagar entre 30% y 50% menos, pero los propietarios de la tierra rechazan esa oferta.
El mercado de arrendamientos ya se jugó este año. La mayoría se contrata por anticipado y muchos productores erraron en el cálculo en base a una soja con precios más altos en dólares. Esto hace temer una caída de productores el próximo año. Serían aquellos quienes iniciaron la campaña gruesa, que involucra a la soja, con el cálculo de una oleaginosa a u$s 190/220 por tonelada. Hoy cotiza apenas a u$s 150/140. • Retracción
Los campos aptos para la siembra de soja supieron alcanzar valores cercanos a los u$s 7.000 por hectárea y, aunque hoy no hay mercado por una lógica retracción de la oferta, se supone que el nuevo valor mostrará caídas importantes.
«El mercado ya comenzó una camino bajista aunque como no se concretan negocios importantes es muy difícil saber si ese camino ya es una tendencia. Se escuchan valores por debajo de los que se pedían hace seis meses. Los potenciales compradores cambiaron y ya no están urgidos por concretar el negocio ya que se supone que las tasaciones van a bajar. Se atraviesa un período de transición con más factores bajistas que alcistas», dicen los especialistas.
El valor futuro de la soja muestra cierta inclinación a la baja sustentada en una cosecha récord en Estados Unidos. Los analistas y operadores creen que los valores de la tierra acompañarán la tendencia de este mercado. De hecho, el aumento en el precio de la oleaginosa había generado una suba que varió entre 15%/30% en los valores de la tierra. Pero el riesgo mayor siempre recae en el mercado de arrendamientos. Los analistas coinciden en algunos argumentos para tener en cuenta:
• Si se compraban campos para ganarle al mercado financiero con el cultivo de soja hoy el activo que generaba esa renta tiene que valer menos.
• Los dueños siempre adoptan como propio el precio de máxima pero los potenciales compradores deben evaluar el valor que imaginan de los doce meses siguientes.
• Los arrendamientos bajaron lo mismo que la soja -35%- durante el último período previo al lanzamiento de la siembra.
• Perdieron los arrendatarios que cerraron el alquiler antes de la baja de la oleaginosa.
• Perdieron los que pactaron un arrendamiento en cuotas y pagaron precios altos por alguna de ellas, y quienes aceptaron dicha modalidad y debieron aceptar una renegociación de las cuotas asumiendo las bajas de precios.
• Los que pactaron a precio futuro fueron beneficiados.
• Los campos que no se habían arrendado bajaron hasta 50%.
• Preocupación
El aumento en el precio de la soja ya había provocado una recuperación de 50% en los alquileres de los campos durante la campaña 2003/'04.
Existe preocupación en el sector, especialmente entre los sojeros o los arrendatarios de sojeros que verían mermar sus ingresos en el presente período.
Si el precio de la soja no se recupera, la campaña 2004/'05 generará una ola de quebrantos de productores que volvieron a apostar a la soja y pagaron altos arrendamientos para acceder a la tierra.
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