Ya cuando, a la inversa de días anteriores, se guardaba con bastante expectativa favorable que los mercados pudieran rematar junio aportando sustancia al sexto mes: el terreno se tornó nuevamente difícil de transitar y la mayoría estuvo haciendo precario equilibrio para evitarse daños.
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Donde no hubo ninguna duda fue en la Bolsa que nos llega de madrugada: Shanghai ya parece ingresar al famoso «serrucho» bajista -que siempre mencionan los técnicos-y dondelas caídas resultan más notorias que los repuntes. Un desplome de 4 por ciento quedó encabezando la jornada, por mucho, mientras lo del Dow Jones lucía más que nada como apático, que significó deambular sin mucho rumbo en el Bovespa -casi neutro total-y que erosionó de modo suave al índice Merval. Un piso de mínima en 2.215, con máximos en 2.234, luego aterrizó muy cercano a la cota más baja del día y quedando en 2.215. Al revés que el miércoles, cuando culminaba en el techo de la rueda, esta vez no fue buena señal para hoy: que convergieran las peores cifras en el final de la sesión. En porcentual, sólo 0,5 por ciento de baja, en «sensación térmica» quizás algún punto más.
Se retrocedió en nivel de liquidez, aunque es razonable para la época. Algo más de $ 66 millones de efectivo, con 6% de franja sobre los totales. En líderes lució nuevamente Fiplasto, sumando otro más de 5 por ciento, con parecido nivel de presencia en Tenaris y Galicia, apenas bajistas. Un día que se diluyó con más penas que gloria, yendo al remate del semestre con la última rueda rodeada ahora de incertidumbres renovadas. Un final abierto a cualquier resultado, obviamente ligado a lo que comience a llegar desde los otros centros de poder bursátil. Primero, seguir observando a China y ver cómo se acomoda el Dow en las primeras horas. Los demás, copiando y dando el «recibido» en sus propios desniveles. La Bolsa, espera.
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