Después de navegar por la nada absoluta, desde finales del año anterior, el mercado bursátil hizo confluir varios logros en el corte lapso semanal. Yendo por orden de importancia, un cambio de ritmo y una superación en órdenes de demanda que arribó al cabo del período con unos 110 millones de pesos efectivos, para acciones solamente. Y esto estuvo casi en tres veces más que el promedio de todo enero, y donde se trabajó con $ 39 millones promedio diario. A partir de ello, se formaliza una bisagra en el bimestre, y los precios consiguen un buen rendimiento semanal, con casi 3,5 por ciento de aumento en el Merval y pasar de largo por la frontera de los 1.400 puntos, hasta ubicarlo en 1.428 al cierre del viernes.
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No podría extraerse un estímulo positivo que haya resultado capaz de conseguir tal faena, cuando se provenía de la quietud extrema. Dicho mucho más por el volumen y su crecimiento, que los precios alcanzados.
No debe olvidarse que otros mercados Wen especial, el Bovespa -también entraron en muy buena zona, los brasileños con 8,6 por ciento de incremento semanal, incluido el Dow. El show del canje pasando por el Congreso, una calificadora dispuesta a diluir el riesgo calificado argentino de modo casi inverosímil. Todo junto, en un racimo que esparció perfume agradable y un mercado «seco», hizo el resto.
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