Brasil no resistiría una megacrisis en la Argentina, como lo sería un default, y podría sufrir «un contagio peligroso» que lo obligaría a optar entre un ajuste del déficit o la aplicación de una «megadevaluación» del real, según advirtió ayer Fundación Capital en su informe semanal.
El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores.
«Resulta evidente que Brasil se 'argentiniza' (principalmente desde el 11 de setiembre) padeciendo el cierre del financiamiento voluntario externo», sostuvo la entidad.
Fundación Capital señaló que la ayuda de u$s 15.000 millones que el FMI otorgó a Brasil y de u$s 8.000 millones para la Argentina «no alcanzó» para superar la crisis de confianza que atraviesa la región.
«La situación presente de Brasil es delicada. Por un lado, en el plano internacional, después del 11 de setiembre subió considerablemente el riesgo mundial provocando desplazamientos de capitales desde mercados emergentes hacia mercados desarrollados», señaló. Por otro lado, en el plano regional, la creciente «incertidumbre financiera argentina incrementa el deterioro económico brasileño».
Preocupación
«Las numerosas intervenciones que tuvo que realizar el gobierno brasileño en el mercado a través de las licitaciones de títulos indexados al dólar está empeorando la composición de la deuda y su perfil de vencimientos», sostuvo la entidad.
En este orden, indicó que «la reducción de los plazos de estos papeles ofrecidos en las últimas licitaciones continuó elevando el stock de la deuda con vencimiento en un año. Al respecto, la entidad que preside Martín Redrado aseguró que «el aumento del tamaño de la deuda brasileña continúa preocupando a los mercados financieros internacionales y también su composición y su corto plazo».
«Una de las razones principales de la sostenida alza del dólar desde marzo en Brasil son las dudas existentes respecto de la capacidad de financiamiento de la balanza de pagos especialmente durante 2002», destacó.
Respecto de Brasil, puntualizó que «evidentemente existen razones para pensar que su financiamiento pueda resultar muy dificultoso, sobre todo cuando se observa que los flujos de capital con destino a países emergentes caen en forma permanente».
Dejá tu comentario