Se sabía de antemano que iba a resultar una fecha proclive a la modorra de indicadores,con un marco escueto y apenas lo que pudieran aportar casos particulares sobresalientes. El feriado en los Estados Unidos, quitando de circuito al principal jugador diario, sólo podía reportar de interesante el volver a sondear la amplitud del mercado local, sin los montos que le llegan desde el exterior.
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Prueba que no dejó motivos para el asombro, ajustada a las expectativas y en función de muestras previas de igual calibre. El Bovespa tampoco se movió más allá de lo sobrio, al cerrar Buenos Aires actuaba con menos de 0,4% de alza, en tanto nuestro recinto, proviniendo de un Merval de 1.939 puntos, debió asumir una zona de depuraciones y que lo depositó en el mínimo de 1.922 puntos. Sin embargo, pudo salir del valle y hacer máximo de casi 1.941 puntos: tampoco posible de retener y negociando el cierre en un nivel de 1.933. Casi neutro, casi en blanco, con apenas 0,3% de retroceso.
Y aquí la dependencia de una plaza clave, Tenaris, jugó en contra del resto. Con un petróleo más aquietado, la siderúrgica internacional sufrió la falta de caudal y en sus precios se produjo un rasguño de 0,71% negativo, que impregnó al Merval para hacerlo bajista. Sólo el extraño movimiento desatado en Comercial, como al margen del camino de las otras, que sumó otro 13% a su recorrido. Solvay y Pampa prestaron algo de color, con buenos rindes.
Y en lo que hace a volumen general, quedó en los $ 23 millones efectivos: también con plena incidencia de una Tenaris que se pasó de contracción operativa. Apenas 46.000 papeles -cerca de diez veces menos- fueron su participación en la general.
Rueda desechable, como un alto en la semana, sólo para reiterar que: solos, somos poco. Y la Bolsa, petisa.
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