Torres: "Lo más delicado con FMI está aún por venir"

Héctor Torres tuvo un debut feliz como representante argentino ante el FMI, pero sabe que los meses que vienen serán más complicados.

Héctor Torres debutó con el pie derecho como representante argentino ante el FMI. Asumió el 1 de marzo, le tocó defender el «caso argentino» ante el directorio del organismo y consiguió el apoyo unánime. Aunque él mismo se ocupó de ponerle paños fríos a este respaldo: «Cada tres meses hay una prueba, y ahora tenemos que avanzar con el tema de la deuda», reconoció, adelantando el condicionamiento de la próxima revisión.

En diálogo telefónico con Ambito Financiero desde su oficina dentro del FMI en Washington, Torres señaló que «el tema del superávit siempre se toca en este tipo de reuniones», pero que no se movió de lo acordado en setiembre: «Lo único que hay es el compromiso de 3% hasta fin de año. Y esto fue lo que mantuve ante el directorio», aseguró.

A continuación, las principales partes del diálogo con Torres.

Periodista: ¿Cómo interpreta el resultado de la votación de ayer en el directorio del FMI?

Héctor Torres: Es un mensaje con dos tonalidades. Por un lado, es un fuerte reconocimiento respecto de la situación positiva de la Argentina, que incluso superó las expectativas del FMI. Y, por otra, expresa la confianza en que el país continúe avanzando con los temas macro y, obviamente, con la reestructuración de la deuda, que es lo más delicado que tenemos por delante.

P.: ¿Por qué cree que el G-7 votó de manera unánime tras las abstenciones registradas en la anterior revisión?

H.T.: Indudablemente, la carta de intención expresa la voluntad del gobierno de avanzar con la negociación, manteniendo la idea de un solo bolsillo. Es lógico que los países desarrollados den su respaldo para que este proceso pueda desarrollarse normalmente.

• Observador

P.: Tras esta decisión, ¿qué puede esperarse de la relación con el FMI en los próximos meses?

H.T.: Acá hay revisiones cada tres meses, o sea que permanentemente hay pruebas. Se pueden pasar o no, claro que no veo razones para que las cosas no marchen bien. Por otra parte, el FMI participará como observador en las negociaciones, pero la definición sobre la reestructuración es un tema exclusivo del gobierno y lo que defina con acreedores privados.

P.: ¿Se habló en la reunión del superávit futuro que debe tener la Argentina?

H.T.: Hubo algunos comentarios al respecto, porque el tema siempre está en discusión ya que está relacionado con el pago futuro de la deuda. Pero está claro que no era un tema que ingresaba en esta segunda revisión. Por mi parte, sólo reconfirmé el compromiso asumido en el acuerdo de setiembre pasado, que establece un superávit de 3% del PBI para este año.Y el nivel de 2005 y 2006 habrá que discutirlo en setiembre, aunque probablemente se empieza a tocar el tema en junio. Pero no adelanté qué puede ocurrir. Simplemente cité el párrafo ocho de la carta de intención, en donde se supedita este tema a la evolución de los indicadores económicos y sociales.

P.: Se aguardan fuertes disputas en los próximos meses con los acreedores. ¿Cómo ve este proceso que se avecina?

H.T.: Supongo que estarán imaginando alternativas con un menú de opciones, para que con sensatez se pueda llegar a un acuerdo. Evidentemente, es un proceso de negociaciones y es normal que las partes estiren la soga y muestren los dientes. Cuando uno va a comprar algo y regatea el precio, se atiene a su posición de máxima.

P.: ¿Qué pasará con el programa de financiamiento de mediano plazo a favor de la Argentina que tiene bajo análisis el Banco Mundial, por u$s 5.000 millones?

H.T.: En principio, tras este apoyo masivo del G-7 no existen razones concretas para que continúe trabado el tratamiento y la posterior aprobación. Por lo tanto, las razones que demoraron este tema no existen más. Desconozco si puede haber otras.

Entrevista de Pablo Wende