22 de septiembre 2008 - 00:00

Un nuevo paso en el operativo seducción

Cristina y Néstor Kirchner, al regresar ayer al hotel en dondese alojan en Nueva York. Tuvieron el típico almuerzo de ladelegación en el restorán Bice. Hoy habrá reuniones en el BID,con republicanos expertos en política exterior y en Wall Street.
Cristina y Néstor Kirchner, al regresar ayer al hotel en donde se alojan en Nueva York. Tuvieron el típico almuerzo de la delegación en el restorán Bice. Hoy habrá reuniones en el BID, con republicanos expertos en política exterior y en Wall Street.
Nueva York - Carlos Fernández finalmente no subió al avión que llevó a Cristina de Kirchner hacia Nueva York. El ministro de Economía llegará a esta ciudad recién el miércoles por la mañana, después de haber trabajado en Buenos Aires el mensaje que el gobierno quiere darles en esta ciudad a los mercados. La razón es, quizás, el motivo más importante de las presentaciones de la Presidente en EE.UU.: que quede clara la sensación de que la Argentina quiere reinsertarse en los mercados del mundo. Para avanzar en ese sentido, no alcanzaría con concretar el pago con reservas del Banco Central al Club de París que Cristina de Kirchner anunció en Buenos Aires. Frente a empresarios e inversores, quiere abrir algún camino para recomponer una confianza que ni los u$s 6.700 millones ofrecidos a ese club de deudores pudieron conseguir. De allí que se espere -aunque aún no esté confirmado- alguna señal del gobierno en torno a la deuda impaga.

Fue notorio ayer en Nueva York que la figura más buscada de la delegación argentina que llegó por la mañana era el ministro de Economía. Inclusive por su propio equipo de colaboradores que había aterrizado en Estados Unidos 24 horas antes.

Se sabía ya que el tema central de todas las reuniones que Cristina de Kirchner mantendría con presidentes sería agilizar los trámites políticos para terminar la negociación y estructurar el pago con el Club de París.

Pero esa señal no es considerada suficiente: el gobierno sabe que en algunos de esos casos, por ejemplo, con el italiano Silvio Berlusconi, el problema con los holdouts no podrá ser evitado. De hecho, la Task Force Argentina, grupo que reúne a bonistas que no entraron en el canje, presionó a Berlusconi y le hizo llegar documentación actualizada sobre el estado de esas deudas pendientes de pago.

Para el presidente italiano, la situación es ineludible: el problema no es que la Task Force actúe constantemente sobre el Banco Mundial o el secretario del Tesoro de EE.UU., Henry Paulson, como lo vinieron haciendo en el último año, sino que él mismo debe responder ante bonistas italianos que en algunos papeles son mayoría entre los acreedores que no cobraron.

Aunque más amigables y con menos presiones, el tema del pago al Club de París también estará sobre la mesa con José Luis Rodríguez Zapatero y con el presidente federal de Austria, Heinz Fisher. A todos, la Presidente les pedirá apoyo político para la operación. Queda claro que el gobierno sabe que con gestos no alcanza, y ni siquiera con profundizar los que dio hasta ahora, para que el mercado cambie la mirada sobre la Argentina, y menos cuando aún resta comenzar a recomponer carteras de inversión en medio de la crisis que los alejó de todos los mercados emergentes. Pero la intención de los Kirchner es no dejar Nueva York sin tener anudado un anuncio final sobre el pago de esa deuda.

  • Finanzas

    El primer encuentro que tendrá Cristina de Kirchner con el mundo de las finanzas será hoy por la tarde, cuando concurra a la sede del NASDAQ (mercado electrónico donde cotizan las principales compañías tecnológicas). La segunda cita será el jueves, cuando almuerce con banqueros e inversores en el Americas Society-Council of the Americas, en el Hotel Waldorf Astoria.

    Para ese momento, Carlos Fernández ya habrá llegado a Nueva York, después de haber trabajado con Sergio Massa, jefe de Gabinete, en un mensaje tranquilizador para los mercados.

    El primer test será hoy en el NASDAQ, donde también se reunirá con empresarios del área informática. Pero no habrá allí banqueros o inversores para incomodarla. Sí es un peligro una protesta anunciada, pero aún no confirmada, de los holdouts a la salida de esa Bolsa, aunque ante esa manifestación no tendrá que dar explicaciones.

    En el Council of the Americas la situación será distinta. El trato allí es siempre más que formal con los mandatarios que se suele invitar a almorzar o cenar, pero las preguntas de los presentes deben ser contestadas por el visitante. Y el momento en que llega Cristina de Kirchner a Nueva York no es el mejor para hablar de no pagar.

    Basta con leer las críticas de estos días en «The New York Times», porque Goldman Sachs confirmó el pago de un bonus millonario a su CEO a pesar de la crisis y las caídas de las acciones en los bancos de inversión.

    Frente a las cabezas de los golpeados fondos de inversión, Cristina de Kirchner deberá explicar no sólo cómo se avanzará con el pago al Club de París y cómo impactará esa operación sobre las reservas del Banco Central, sino también cuál será la situación fiscal en 2009 que permita afrontar la cancelación de intereses y amortización de deuda que debe enfrentar la Argentina, para lo que el gobierno debe acordar financiamiento por unos u$s 11.000 millones.
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