Hechos como los ataques terroristas del 11 de setiembre no se celebran. A los sumo, se conmemoran. Pero esta vez, el mercado parece haber preferido hacer algo así como un híbrido entre los dos, y casi como si fuese algo digitado por poderes superiores para demostrarle al mundo que nada es capaz de torcer la economía norteamericana, tras los dos mejores días de suba desde los atentados, las acciones norteamericanas treparon lo suficiente como para, en la práctica, neutralizar la caída que venían experimentando desde entonces. No sólo el Dow ganó ayer 1,84%, al cerrar en 9.410,45 puntos, y el NASDAQ trepó 4,62%, sino, además, el volumen subió a 1.650 millones de acciones en el mercado tradicional y 2.471 millones en el electrónico. A diferencia de lo que se veía un par de semanas atrás, esta vez quedó la impresión de que fueron mayoritariamente órdenes de compra real, en lugar de especulativas. Que el mercado estaba preparado desde ayer para tener otra jornada positiva quedó evidenciado en que la mayor parte de la suba se dio en los primeros quince minutos de rueda. De ahí en más, se trató de una rueda relativamente normal, con un pequeño rally final, especialmente por el lado de las tecnológicas, que cerraron prácticamente en el máximo intradiario. Desde ya que hubo más que sólo "patriotismo" para im-pulsar las acciones, como el esperado anuncio de los números de GE, que salieron en línea con lo esperado, los de las no tan esperadas E-Trade, Yahoo! y Costco, y el informe de varias minoristas que revelaron relaciones ventas/ganancias por encima de lo que estimaban los analistas. Inclusive el informe de pedidos de seguro de desempleo fue menor a lo que calculaban los consultores. La suba como la de la jornada anterior, si bien estuvo liderada por el sector tecnológico, también fue general, abarcando a los papeles financieros, las citadas empresas minoristas, transportes, biotecnología, etcétera. Si bien hubo lugar para especular sobre lo que podría decir el presidente George W. Bush en el discurso que daría por la noche, cuando la mayoría de los norteamericanos estuviese reunida en sus hogares, el nuevo caso de ántrax y la jornada de bombardeos más activa desde que se iniciaron las acciones sobre Afganistán quedaron totalmente en segundo término. Tan general fue el rally que hasta el dólar ganó camino frente a las demás monedas, y si la tasa de los bonos del Tesoro subió, pareció ser más un reflejo de quienes vendían para pasarse a acciones, que una apuesta a un futuro más inflacionario.
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