21 de septiembre 2022 - 00:00

Diálogos de Wall Street

Más allá de la mera suba de tasas, ¿qué decisión tomará la Fed, Gordon Gekko?

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Periodista: Son tiempos interesantes. Las reuniones de la Fed vuelven a concitar la atención. Importa lo que diga el comunicado, el “mapa de puntos” y el propio Powell.

Gordon Gekko: Powell habló menos de 9 minutos en Jackson Hole. Pensó que ya había dicho todo. Y ahora resulta que aunque parlotee una hora entera no le va a alcanzar para dejar claro cuál será el juego.

P.: ¿No exagera?

G.G.: Siempre dijimos que la realidad tenía la última palabra. Y la realidad se bifurcó en materia de inflación con la núcleo de los bienes desacelerándose y la variación núcleo de los servicios en franco ascenso. Y también la realidad se escindió en términos de empleo y actividad.

P.: Persiste la solidez del mercado laboral mientras la actividad, quizás, está en un pantano.

G.G.: Mire el pronóstico en tiempo real de la Fed de Atlanta y advertirá un derrape muy rápido. La proyección de crecimiento del PBI era vibrante: 2,7%. Después de tomar nota del último informe de vivienda, ese renglón, que ya había caído a 0,5%, se redujo a 0,3%. Los pronósticos privados son negativos.

P.: Y venimos de dos trimestres consecutivos en rojo. Todo 2022 es famélico. La recesión técnica va rumbo a ser una recesión como Dios manda.

G.G.: Para todos, menos la Fed.

P.: ¿La Fed no cree en Dios?

G.G.: Cree más en la data de empleo. Y no tiene ninguna duda sobre la existencia de la inflación. Y en exceso.

P.: Su decisión está cantada. Apretará más. ¿Cuánto? ¿Y cómo?

G.G.: El nuevo problema, el que se perfila nítido después de Jackson Hole (JH), son los senderos que se bifurcan. Se detecta en la trepada de la mediana de la inflación vis a vis la caída de la inflación de energía, y también con el alerta temprana de FedEx.

P.: Ya se sumó Ford.

G.G.: Y pronto serán muchos más. Si los astros se alinean, el trabajo de la Fed es más simple. Así puede matar dos pájaros de un tiro. Con la economía recalentada por el estímulo aplicado para zafar del covid, la suba de tasas servía para enfriar tanto el exceso de inflación como de actividad. La invasión de Putin a Ucrania complicó la situación a principio de año. Sumó otro shock de oferta. Del covid se zafó gracias a Pfizer y Moderna, que le dejaron las manos libres a la política monetaria. Se pudo así desensillar del estímulo.

P.: La inflación es un dolor de cabeza, pero el oro se hunde por debajo de los u$s1.700.

G.G.: Todo eso es resultado de la política monetaria y su pendiente tan agresiva desde marzo. No es solo la Fed, es una coalición tácita impresionante de la banca central. Pero hay una parte de la inflación, recalcitrante; y tiende a crecer más. A lo alto y a lo ancho de la canasta.

P.: La Fed deberá empujarnos a una recesión más honda para que ceda la presión de los servicios.

G.G.: Si los planetas se separan, la Fed necesitaría tener más instrumentos. Lo reconoció Powell en JH. Cruza los dedos para que la oferta laboral repunte y le quite potencia a las presiones que se montan sobre la escasez de mano de obra.

P.: Pero eso cae fuera del manejo de la Fed, Powell debe hacerse cargo de disciplinar la inflación.

G.G.: Eso hará. De ahí, el interés por saber cómo se adapta a esta curva del camino. ¿Le imprimará más velocidad a la marcha de la suba de tasas? En principio, la idea era desacelerar una vez alcanzada la tasa natural, 2,50% según el consenso interno. Ya estamos allí. Pero resulta que la inflación núcleo avanza, y la mediana es más alta. El proceso echa raíces; y se expande, aunque la economía se debilita.

P.: Y no se suponía que pasara.

G.G.: No es lo natural en el nivel de la tasa natural. ¿Medimos mal? ¿Nos quedamos cortos? Si el tiempo pasa y la inflación está echando raíces, convendría apurarse. Si me pregunta a mí, esa es mi única duda. Ojalá Powell quiera contestarla. Con 100 puntos de suba, desde ya respondería en el acto.

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