Y todo quedó en gran confusión

No se pudo llegar al remate semanal despejando el horizonte de los mercados; un par de horas más allá del cierre de los recintos todavía se estaba en la incertidumbre acerca de qué camino tomarían en el Norte, respecto del desesperado llamado a «salvataje» enunciado por Bush. Y el día se resumió a concentrar la expectativa; el Dow Jones -alentado por versiones en el final- quedó mirando hacia un lado y los demás hacia otro.

Dando razón al libro basal de la actividad bursátil histórica -«Confusión de Confusiones», de De la Vega-, ese título es lo que mejor resume lo vivido no sólo en la última rueda, sino a lo largo de la semana.

Pero el viernes dejó saldo positivo para el Dow, con algo más de 1 por ciento, mientras acusó una pérdida nítida el Bovespa -con más de 2 por ciento- y Buenos Aires vio cerrar a sus «mervales», con 0,91 por ciento de baja en el clásico, siendo solamente de 0,3 por ciento en las «locales»: ergo, fue una fecha en la que Tenaris volvió a ser un lastre. Y lo que quedó de relevante para nuestro ámbito pasó por ver perder nuevamente la centena de los 1.700, yendo hacia abajo hasta un cierre de 1.692 puntos, tras haber tocado máximo en 1.707.

Fecha en la que el volumen mejoró, a los $ 74 millones de efectivo, con curiosa paridad absoluta entre especies con alzas y descenso: 46 hacia cada bando.

La semana

El saldo semanal otorgó un extraño triunfo para Merval, con 1,8 por ciento de aumento, mientras el Dow Jones decayó más de 2 por ciento en el período y el Bovespa se fue al doble de negativo, con 4,3 por ciento. Como que todo está fuera de marco, los mercados yendo de un lado hacia otro sin sentido, en un puro juego de «apuestas» con adrenalina al por mayor. De acuerdo con lo que aparezca en el fin de semana, será la reapertura y el remate de setiembre. Aunque, en el fondo, nada quede concluido con la aprobación esperada. El pasaje más tenso del año. La Bolsa, histórica.