París - Francia se enfrenta a una “catástrofe de su economía” por las consecuencias de las protestas de los “chalecos amarillos”, reconoció ayer el Gobierno mientras crecía la expectativa por anuncios que hará hoy el presidente Emmanuel Macron para tratar de superar la crisis.
Francia se sumerge en una "catástrofe económica" mientras espera anuncios
Luego de tres semanas de protestas, el país registra una caída de la actividad comercial del 40% y las reservas turísticas retrocedieron al menos 10%, advirtió el Ministerio de Finanzas. Roces con EE.UU. por dichos de Trump.
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Es una “catástrofe para los comercios, una catástrofe para nuestra economía”, estimó ayer el ministro de Finanzas, Bruno Le Maire, después de cuatro sábados consecutivos de manifestaciones que degeneraron en actos violentos.
El funcionario dijo que la caída de la actividad -varios comercios tuvieron que cerrar a pocas semanas de la Navidad- es de al menos 15% en la gran distribución, y de hasta 40% para los pequeños comercios.
En cuanto al turismo, las reservas para las vacaciones de Fin de Año retrocedieron en por lo menos 10%, según cifras del grupo nacional de cadenas hoteleras.
Por ello, Francia espera impaciente el discurso que pronunciará hoy, a las 20 horas locales, el presidente Macron para desactivar la crisis.
La Presidencia no proporcionó detalles sobre esta esperada alocución. El mandatario, quien recibirá hoy a la mañana a sus interlocutores sociales y representantes políticos, anunciaría “medidas concretas e inmediatas”, según la ministra de Trabajo, Muriel Pénicaud.
El movimiento de los “chalecos amarillos”, desestructurado y sin líder, representa sobre todo a la población de clase modesta, que considera que la política social y económica de Macron beneficia a los ricos. Comenzó como manifestaciones contra un alza de los impuestos a los combustibles y se convirtió en un movimiento popular frente a la pérdida de poder adquisitivo y contra el propio presidente.
El presidente hizo concesiones. Anuló la semana pasada el alza del gravamen a los combustibles, que formaba parte de un plan para combatir el cambio climático, y congeló los precios del gas y la electricidad durante los próximos meses. Pero tendrá que ir más allá para calmar la cólera de las calles.
Una ira que según el ministro de Relaciones Exteriores, Jean-Yves Le Drian, no se debe tomar a la ligera. El canciller está preocupado por la democracia debido a los llamados “a la insurrección”. “El peligro es que se cuestionen nuestras propias instituciones”, advirtió y criticó a los Gobiernos extranjeros a los que interesa tal vez demasiado la crisis.
“Le digo a Donald Trump y el presidente de la República lo dice también: nosotros no participamos en los debates estadounidenses, déjennos vivir nuestra vida de nación”, pidió Le Drian.
Esto porque el presidente estadounidense se regocijó echando leña al fuego de los disturbios en Francia, al decir en un tuit el sábado que era “un día y una noche muy triste en París”. “Manifestaciones y disturbios en toda Francia” tuiteó Donald Trump. Los manifestantes “gritan ‘Queremos a Trump’. Amo a Francia”, escribió por su parte el inquilino de la Casa Blanca.
El tuit no sentó bien al Gobierno francés en momentos en que las relaciones bilaterales no pasan por su mejor momento.
El jefe de la diplomacia francesa negó también que los manifestantes en las calles clamen a favor de Trump.
El diálogo es urgente tras una nueva movilización nacional que se vio empañada por actos violentos.
Ayer, aunque menos numerosos, los manifestantes mantenían acciones sobre todo en el oeste del país, con barreras para filtrar el tráfico en algunas rutas o con barreras levantadas en peajes.
“Es evidente que subestimamos la necesidad de nuestros conciudadanos de tomar la palabra, de expresar sus dificultades y de participar en la construcción de soluciones”, admitió ayer el vocero del Gobierno, Benjamin Griveaux.
Por otra parte, las autoridades francesas lanzaron una investigación tras la proliferación de cuentas falsas en las redes sociales para amplificar el movimiento de los “chalecos amarillos”, dijeron fuentes cercanas al caso.
Según el diario británico The Times, Rusia -que busca según el rotativo ampliar la revuelta- estaría detrás de la creación de cientos de cuentas en Twitter, que difunden fotos y videos de personas heridas a manos de la policía. Supuestos “chalecos amarillos”, pero las imágenes en realidad no tienen nada que ver con las protestas en Francia.
¿Cuál es el margen de maniobra que le queda al gobierno?
El presidente francés, Emmanuel Macron, tiene previsto anunciar una serie de medidas sociales fuertes. Algunos de los posibles anuncios son:
. Una suba del salario mínimo más allá del 1,8% previsto en 2019 y de las pensiones de jubilación más bajas, además de la introducción de un subsidio de movilidad para las personas obligadas a ir en vehículo al trabajo.
. También podría adelantar la exoneración de las contribuciones por las horas extras, prevista inicialmente en septiembre de 2019.
. Algunos ministros proponen incitar a las empresas a pagar a sus empleados una prima excepcional de fin de año que quedaría exonerada de impuestos.
. Cualquier medida social, añadida a la supresión de los impuestos a los carburantes, aumentará el déficit presupuestario más allá del 2,8%, que es el objetivo del Gobierno para 2019. Hay que evitar “que la deuda se dispare”, advirtió el primer ministro, Edouard Philippe.
Agencias AFP, ANSA y Reuters
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