20 de marzo 2015 - 00:31

Apuran negociación por aviones de combate chinos

La cúpula de la Fuerza Aérea viajó a China detrás de un proyecto de alianza con ese país para  proveer de aviones de caza de ese origen para la Argentina. Les mostrarán el proyecto que comparten hoy China con Pakistán.
La cúpula de la Fuerza Aérea viajó a China detrás de un proyecto de alianza con ese país para proveer de aviones de caza de ese origen para la Argentina. Les mostrarán el proyecto que comparten hoy China con Pakistán.
El Gobierno decidió apurar las negociaciones para la adquisición de un avión que reemplace a los Mirage de la Fuerza Aérea Argentina.

La vida útil de esos aparatos expira a fin de este año, luego de sucesivas prórrogas que firmó el extitular del arma, brigadier general Normando Costantino. Una delegación de alto nivel político y castrense partió hacia Pekín con el propósito de evaluar el producto ofrecido por las empresas China National Aero-Technology Import and Export Corporation (CATIC) y Chengdu Aircraft Corporation (CAC). Se trata del avión de combate multirrol denominado FC-1/JF-17 Thunder, un aparato que China desarrolló en conjunto con Pakistán destinado a equipar la fuerza aérea pakistaní.

La comitiva está encabezada por el presidente de la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA), Matías Savoca, el vicepresidente Franco Giuggioloni, el gerente general, Tulio Calderón, el jefe de la Fuerza Aérea, brigadier general Mario Callejo, el jefe de Doctrina, brigadier José Videla y otros jerarquizados militares, también un piloto de pruebas y un ingeniero aeronáutico de la fuerza. La presencia de la cúpula de la fabril aeronáutica estatal es una señal del Gobierno a las autoridades chinas acerca del interés en coproducir el avión en la planta cordobesa y de paso mostrar que la agenda del acuerdo de asociación estratégica integral con el gigante asiático está en marcha. Con la misma orientación la semana entrante viaja el director general de material de la Armada Argentina, vicealmirante Eduardo Urrutia, para avanzar con los marinos chinos en el desarrollo y construcción conjunta de un buque polar y lanchas patrulleras marítimas. El proyecto por ahora carece de financiación y no se ha definido si los navíos se harán en astilleros nacionales, asiáticos o se dividirán las tareas en partes iguales.

Savoca
y sus acompañantes permanecerán cinco días durante los cuales podrán observar un aparato en vuelo y analizar datos preliminares, saben que el FC-1 sólo se fabrica en la versión monoplaza. La instrucción primaria de un piloto antes de subir a la aeronave se hace en simulador, opción que no es habitual en el adiestramiento de los aviadores nacionales. La próxima etapa será el envío de un grupo de pilotos pertenecientes a las escuadrillas de Mirage y Pampa que volarán el avión -previa habilitación en simulador- en Pakistán, único país que adquirió el FC-1 de origen chino y los mantiene operativos.

El marketing de la tentación china es la transferencia de tecnología, la coproducción y el financiamiento para un escuadrón (entre 12 y 14 aviones) y la posibilidad de agrandar el combo a 24 aeronaves. La oferta comunicada por CATIC suena bien en un contexto de bolsillos flacos y de dificultad de acceso al crédito internacional por la situación de default del país derivado del conflicto con los fondos buitre. El costo de exportación de cada aeronave nueva rondaría los 25 millones de dólares, la suma no incluye armamento ni otros ingenios sensibles opcionales que incrementarían el valor inicial. Savoca lleva otra línea de negocio que inauguró FAdeA con los aviones entrenadores alemanes adquiridos al grupo alemán Grob Aircraft; un "pay per hour", pagar por hora aviones para la Fuerza Aérea Argentina. La opción deja a las empresas chinas vendedoras del FC-1 con la responsabilidad total por el mantenimiento, el sostén logístico y la garantía de operatividad diaria de las aeronaves. En el mercado aeronáutico militar se conocen las dificultades del proveedor chino derivadas de su escasa inserción en el continente.

La participación de la firma CATIC ensombrece el éxito de la operación. Otro producto presentado a FAdeA por esa empresa china en tiempos del expresidente, Raúl Argañaraz, que iba a ser coproducido, el helicóptero Z-11, una copia del modelo francés de Eurocopter, no pasó de una versión ensamblada en la planta cordobesa con el nombre Pampero. No ha sido certificado por la autoridad de control: la Administración Nacional de la Aviación Civil (ANAC) y al parecer según la letra de ese organismo sólo podría incorporarse bajo la nomenclatura de "experimental".

El avance del negocio con China podría afectar la "alianza estratégica en industria aeronáutica" que firmaron la Argentina y Brasil el año pasado. Una de las aspiraciones del Gobierno a partir de la firma de ese acuerdo es poder participar del proyecto Gripen que Brasil lleva adelante en sociedad con Suecia. El Gripen es un caza bombardero de última generación que Brasil desarrolla para su fuerza aérea y para el mercado regional y colisionará con la intención de China de penetrar el nicho a través de la venta del FC-1 a la Argentina.

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