2 de diciembre 2016 - 00:00

Arrecia el choque de poderes en Brasil: el jefe del Senado irá a juicio

La decisión se conoció un día después que el Congreso le diera media sanción a una ley anticorrupción que criminaliza a los jueces y fiscales que cometan “abusos de funciones”.

CERCANO AL PRESIDENTE. Renán Calheiros pertenece al mismo partido de Michel Temer, el gobernante PMDB. El caso menoscaba la popularidad del Gobierno, ya herido por otros escándalos.
CERCANO AL PRESIDENTE. Renán Calheiros pertenece al mismo partido de Michel Temer, el gobernante PMDB. El caso menoscaba la popularidad del Gobierno, ya herido por otros escándalos.
 Brasilia - Un antiguo amorío con una periodista llevará ante la Justicia al presidente del Senado de Brasil, Renán Calheiros, un hombre muy cercano al presidente Michel Temer y que es sospechoso en otra decena de casos de corrupción.

Pese a que existen indicios de que fue uno de los beneficiarios de la vasta trama de corrupción en Petrobras, el Supremo Tribunal Federal (STF) decidió sentarlo en el banquillo de los acusados por malversación de fondos públicos, un asunto surgido tras un escándalo de ribetes sexuales, que en 2007 lo obligó a renunciar al mismo cargo que hoy ocupa.

El caso se refiere a denuncias de que una de las constructoras que luego apareció implicada en el escándalo "Lava Jato" (lavadero de autos) pagaba la pensión de una hija que tuvo fuera del matrimonio y el alquiler de la casa en que la pequeña vivía con su madre a cambio de supuestos beneficios en negociaciones de la empresa con organismos públicos.

La amante de Calheiros era Mónica Veloso, una periodista que lo conoció cuando cubría las actividades del Congreso y con quien tuvo una relación extraconyugal que habría pasado casi desapercibida si no fuera porque se supo que la constructora privada Mendes Júnior cubría sus obligaciones de padre y además se atrasaba en los pagos.

Presionado, Calheiros se dirigió entonces al pleno del Senado junto a su esposa y presentó su dimisión en un discurso en el que llegó a declarar que dejaba el cargo tras "admitir un pecado que sólo debía comentar en un confesionario".

La denuncia sobre las irregularidades con la pensión de su hija fue presentada por la Fiscalía en 2007, pero recién ayer fue aceptada por ocho votos a favor y tres en contra por el STF, que comenzará a juzgar el caso el año próximo.

En un comunicado oficial, el presidente del Senado aseguró que recibió con "tranquilidad" la decisión y que sigue "confiado en la Justicia", ante la cual sostuvo que probará que las denuncias en su contra se apoyan en una mera "suposición". "Ayudará a desvelar las mentiras que perduraron durante años", dijo.

El mandato de Calheiros como jefe del Senado expira en febrero, mucho antes de que su caso pueda llegar a una conclusión, por lo que las consecuencias para Temer son limitadas. Sin embargo, menoscaba más la imagen de un Gobierno impopular y de que el PMDB es un partido sumido en los escándalos.

También empeorará las relaciones entre el Congreso y el Poder Judicial, muy tensas por los intentos de los legisladores de frenar la autoridad de los fiscales y jueces en un movimiento para protegerse de los cargos de corrupción.

El miércoles, Calheiros -que ya se había enfrentado con el STF al criticar la detención de unos policías del Senado en el marco de la investigación "Lava Jato"- tuvo duras declaraciones sobre el accionar de los fiscales de esa operación al referirse a las enmiendas que se estaban votando en la Cámara baja.

"En el estado de excepción se puede poner a prueba la integridad, el fin del hábeas corpus, la validación de pruebas ilegales, validar el testimonio bajo tortura, pero no en el Estado democrático", dijo, respaldando las críticas que los legisladores hacen a las herramientas de las que echaron mano los fiscales para obtener confesiones o testimonios sobre la corrupción en Petrobras, como por ejemplo la divulgación mediática de pruebas o la detención prolongada de personas no imputadas. [NDR: En la edición del jueves erróneamente la frase fue atribuida a José Sarney].

A pesar de la acusación, Calheiros mantendrá su asiento porque sólo un comité de ética del Senado . Su tabla de salvación ahora puede ser la morosidad de la Justicia, pues el delito que se le imputa prescribe en un plazo de diez años.

Agencias EFE, AFP y Reuters

Dejá tu comentario