Brasilia - El ministro de Justicia de Brasil, Sérgio Moro, fiscales federales y hasta altos funcionarios del Gobierno salieron ayer rápidamente al cruce de un reporte del sitio web The Intercept, que se basa en filtraciones de mensajes de chat enviados en el marco de la investigación de corrupción “Lava Jato”. Los mismos exponen contactos impropios entre el primero, entonces juez federal, y los procuradores, dudas sobre la calidad de las pruebas que se terminaron usando y una fuerte politización de las decisiones para acorralar judicialmente e impedir la elección de Luiz Inácio Lula da Silva en los comicios presidenciales del año pasado.
Brasil: Moro, fiscales y el Gobierno salen a evitar el colapso de la "Lava Jato"
La difusión de mensajes cruzados durante años entre los magistrados expone aparentes ilegalidades, sobre todo contra Luiz Inácio Lula da Silva. El exjuez y actual ministro se juega su ascenso al Supremo.
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La versión brasileña de The Intercept dijo que este es solo el inicio de un “enorme tesoro” que contienen mensajes entre Moro y los fiscales en Telegram, que le llegaron de una fuente anónima.
Los mensajes, publicados el domingo, incluyeron diálogos en los que Moro orientó a los fiscales sobre el enfoque y el ritmo de las investigaciones, algo vedado por la ley, que impide a los jueces involcurarse en tareas de investigación.
Moro argumentó ayer que los mensajes publicados hasta el momento no muestran una conducta inapropiada de su parte, y el equipo de fiscales federales dijo actuó adecuadamente durante los cinco años de la operación “Lava Jato” (lavadero de autos), que reveló el pago de sobornos a políticos por miles de millones de dólares a cambio de contratos de empresas con Petrobras.
También destacaron en declaraciones escritas que fueron atacados por un pirata informático.
Moro, quien dejó su rol como el juez más destacado en la “Lava Jato” para convertirse en ministro de Justicia de Jair Bolsonaro en enero, también criticó a The Intercept por no nombrar a “la persona responsable de la invasión criminal a los celulares de los fiscales”.
“Sobre el contenido de los mensajes que me citan, no hay indicios de ninguna anormalidad o de haber dirigido las acciones como magistrado, a pesar de que se hayan sacado de contexto”, dijo en un comunicado.
La condena de Moro a Lula por el caso del tríplex en Guarujá, según la sentencia una coima pagada por la constructora OAS por la obtención de contratos con la petrolera, fue el fallo de más alto perfil de la operación “Lava Jato”, que llevó a la cárcel a decenas de políticos y empresarios en Brasil y en otras partes de América Latina, trastocando el panorama político del país y de la región.
Lula, que enfrenta otros seis juicios por corrupción, se había postulado a la presidencia el año pasado y lideraba todas las encuestas, pero se le impidió participar en los comicios debido a la condena de Moro, confirmada en segunda instancia.
En algunos extractos de las conversaciones publicadas por The Intercept, los fiscales discuten cómo impedir que los periodistas entrevisten a Lula en la cárcel durante la campaña presidencial y uno de ellos señala abiertamente que eso podía ayudar al delfín del expresidente en la contienda, Fernando Haddad.
Por otro lado, se observa cómo Moro se involucra en cuestiones investigativas y da indicaciones a los procuradores al respecto, lo que viola el deber de los jueces de ser “reactivos” ante las medidas de prueba.
Asimismo, Moro y el jefe de los fiscales, Deltan Dallagnol, combinan la difusión de una escucha entre la entonces presidenta Dilma Rousseff y Lula para evitar que este fuera nombrado jefe de Gabinete y su caso pasara al Supremo Tribunal Federal. Esa acción, que violó las leyes según dijo el propio STF, llevó entonces a Moro a disculparse, pero en los chats surge que actuó a sabiendas.
También el Gobierno de Bolsonaro salió a defender a su ministro, a quien el presidente pretende, incluso, promover como juez del STF.
El senador Flávio Bolsonaro, hijo del mandatario, aseguró que está en curso “un ataque orquestado contra la ‘Lava Jato’”.
Otro de los hijos del jefe de Estado, Eduardo Bolsonaro, cuestionó al periodista Glenn Greenwald, responsable de The Intercept, al señalar que aquel, “ex CNN, fue el portavoz de Edward Snowden para filtrar datos confidenciales de Estados Unidos y fue quien vendió en el exterior la tesis de que el ‘impeachment’ a Dilma Rousseff fue un golpe”.
Asimismo, el vicepresidente Hamilton Mourão, manifestó su apoyo al exjuez al calificarlo como “una persona de la más elevada confianza del presidente”.
Agencias Reuters, ANSA y AFP,
y Ámbito Financiero
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