12 de mayo 2014 - 11:58

Cambia la Corte: número par y más negociaciones

• Con seis integrantes el voto del presidente no dirime escenario de empate

Carlos Fayt y Carmen Argibay
Carlos Fayt y Carmen Argibay
Cuando Carmen Argibay no apareció en el acuerdo de ministros de la Corte Suprema del pasado martes, Carlos Fayt se retiró a su vocalía con pesadumbre. Desde la semana anterior la jueza se encontraba internada en el Instituto de Diagnóstico. "Nunca es un buen momento para estas circunstancias, pero ahora es peor", le dijo a uno de sus secretarios. Pragmatismo que en la tarde del sábado encontró su sustento en la realidad con el deceso de la ministra que ahora deja una Corte de seis miembros y sin posibilidad de un desempate.

En febrero, los supremos habían acordado que este año la Corte no tendría modificaciones en su elenco. El tema había aparecido a raíz de las ya típicas declaraciones de Eugenio Zaffaroni en las que vaticinaba su salida del máximo tribunal.

Una Corte de seis integrantes ofrece un desafío que nace en la propia Constitución. No hay reglamento que prevea una definición en el caso de una paridad respecto de sentencias o acordadas.

El voto del presidente no sirve como desempate y los conjueces o los camaristas federales se convocan en casos de excusaciones o recusaciones. Aun así, no debería descartarse, llegado el caso, la convocatoria a un camarista federal.

La igualdad de posturas no tiene buenos antecedentes en el Poder Judicial. El más evidente caso es el del Consejo de la Magistratura, que estuvo paralizado durante un año por no lograr consensos y que ahora funciona, pero sólo en temas que no son determinantes para las fuerzas políticas.

La Corte actual no presenta grandes discrepancias internas en cuestiones jurídicas. Las opiniones son más divergentes cuando se habla de la Justicia como un poder de Estado y su relación con la política. Argibay, por ejemplo, siempre disintió de la visión que tiene Ricardo Lorenzetti de lo que debe ser el máximo tribunal.

El presidente de la Corte promueve al tribunal como un actor con sus propias políticas de Estado y sus visiones sobre los grandes temas, amplitud que supera la órbita de los tribunales y que Argibay nunca suscribió.

Intermediario


El rol de Lorenzetti como intermediario entre las distintas vocalías será cada vez más determinante para lograr acuerdos. Varios de los últimos fallos clave que emitió el tribunal se avalaron sólo con cuatro firmas. Este tipo de resoluciones requieren no sólo de una mayoría numérica sino también de fundamentos.

La muerte de Argibay no deparará grandes cambios en este tipo de conversaciones, pero acelera tiempos que, se especulaba, llegarían más adelante. Por estos días Enrique Petracchi se encuentra bajo tratamiento estricto, Zaffaroni repite que en enero dejará el tribunal (aunque ahora se va por algunas semanas a dar clases a Europa) y Fayt ya superó los 95 años de edad. Observaciones por momentos de dudoso buen gusto, pero que ningún presidenciable deja de tener en cuenta.

Las próximas semanas presentarán movimientos en las segundas líneas del cuarto piso del Palacio de Tribunales. La vocalía de Argibay no era numerosa -era conservadora al momento de seleccionar a su personal-, pero sus secretarios (que en el escalafón tienen rango de jueces federales) tendrán nuevos destinos, ya sea en otras vocalías como también en las secretarías que tratan las causas según su rama del derecho.

La próxima cita de importancia en la Corte será el 28 de mayo, cuando Lorenzetti reciba en su despacho de la calle Talcahuano a los presidentes de las Cámaras Federales de todo el país.

Será un encuentro dominado por el fallo de la Corte que delegó en estas instancias del interior del país las causas de jubilados que se iniciaron en esas jurisdicciones, pero que tramitaban, hasta el pasado martes, en la Cámara de la Seguridad Social porteña (el pasado viernes en los despachos de esta instancia calculaban, no sin ironías, que con la determinación de la Corte su carga de expedientes se vería aliviada sólo en un 20%).

La reunión terminó de concretarse cuando el pasado jueves desde la Cámara Federal de Córdoba llegó una nota a la Corte en la cual se requerían fondos para poder dar tratamiento a los juicios de los jubilados contra la ANSES. Según dieron a entender estos jueces, precisarán de profesionales con ciertos conocimientos para dar tratamiento a este tipo de casos.

Los camaristas cordobeses pidieron también un encuentro con Lorenzetti que ahora será extendido a todos los presidentes de las cámaras.

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