José Martínez Suárez: al maestro con cariño

Las cineastas Betina Casanova y Mariana Scarone estrenaron su documental. El film retrata al director de "Noches sin lunas ni soles" y "Dar la cara", entre otros.

Un retrato cinematográfico. José Martínez Suárez con las cineastas Betina Casanova y Mariana Scarone.

Las cineastas debutantes Betina Casanova y Mariana Scarone dicen que en el documental sobre José Martínez Suárez buscaban reflejar “una mirada interesante sobre su vida, que es un eterno joven, un personaje de película”. El trabajo para dejar registro del pensamiento de Martínez Suárez, hermano de Silvia y Mirtha Legrand, cineasta, maestro y director del Festival de Mar del Plata, quedó plasmado en el documental “Soy lo que quise ser-Un joven de 90 años”, que desde ayer se ve, todos los domingos, en el Malba.

Ahora con 93 años, el director de “El crack” (1960), “Dar la cara” (1962) “Los chantas” (1975), “Los muchachos de antes no usaban arsénico” (1976) y “Noches sin lunas ni soles” (1984) es retratado como un hombre elegante, de vasta cultura, obsesivo con su trabajo y dueño de un humor a la británica que lo ha convertido en una figura carismática y a la vez dueña de un riguroso sentido crítico.

Periodista: ¿Cómo nació la idea de retratar a José Martínez Suárez?

Betina Casanova: En 2013 estaba tomando un café en un bar de la avenida de Mayo y entró Martínez Suárez. Hacía muchos años a partir de lo que había leído, pensaba qué interesante sería hacer algo para para tener la posibilidad de conocerlo más y se lo voy a comentar, a ver qué me dice y me dijo que podría ser, que armara algo. Lo hice, le gustó y llamé a Mariana, que tiene más clara la cuestión técnica. El título sale de un texto que él mismo escribió, que es lo que desde muy pequeño quería ser él.

Mariana Scarone: Convencer a José y armar el documental fueron parte de un mismo trabajo. Estuvimos mucho tiempo hasta que empezamos el rodaje, casi dos años. Es un hombre muy ocupado, el festival le insume muchísimo tiempo con lo cual fuimos armando un cronograma que le permitiera el hacerlo, eso ayudó a convencerlo.

B.C.: Lo que consideró esencial como cineasta es su formación. Antes de ser director fue asistente, además es productor y guionista. Al empezar a trabajar en el cine ya había visto muchísimo cine argentino y de todo el mundo. Eso lo define como cineasta. José es muy curioso, aprende todo el tiempo, todos los días y le gusta. Pregunta, averigua todo lo hace con el mismo interés. Nunca él va a preguntar algo por compromiso, lo pregunta porque quiere saber, lo recuerda y lo aprende. Eso habla de cómo es.

P.: ¿Cómo fue el rodaje?

M.S.: Fue realizado en veintipico de encuentros a lo largo de un año y medio. Creemos que hay algo de este proceso, que se vive en el documental.

P.: ¿Qué rasgos de Martínez Suárez les impresionaron más?

M.S.: Su memoria, su sentido del humor, su elegancia, su austeridad, su ética. Como anécdota recuerdo uno de los primeros encuentros que fue al terminar la conferencia de prensa del Festival de Mar del Plata en 2015. Nos quedamos conversando en la puerta del lugar con Betina. Lo vimos salir, ya era de noche, había conducido el encuentro, había dado muchísimas entrevistas, después cruzó y se quedó en la parada del colectivo 102, sacó la tarjeta Sube, esperó con paciencia y a los minutos se fue para su casa. Así de simple.

P.: ¿Quedó mucho afuera?

M.S.: Hubo una primera selección de seis horas. Quedó lo que merece haber estado pero el criterio final que utilizamos, un poco como faro que nos guía en esta gran marea de material, fue contar una historia interesante para el que lo conoce y admira y para que el que no conoce su obra, pero que pueda sentirse identificado y sentir admiración por un hombre fuera de serie.