El director de cine chino Lou Ye abrió ayer la sección oficial del Festival de Cannes con una película que debió rodar a escondidas de la rígida mirada oficial de su país, «Spring Fever» («Fiebre de primavera»), intenso drama de amor entre parejas homosexuales y heterosexuales en Pekín. «Espero que los jóvenes cineastas chinos, en el futuro, puedan trabajar en libertad, y confío en ser el último director que sea censurado de ese modo», dijo Lou Ye, un artista que se ha acostumbrado a desarrollar su arte a espaldas de la mirada pública. Las primeras películas de Ye, «Weekend Lover» y «Suzhou River» fueron prohibidas en China.
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