30 de octubre 2023 - 00:00

“El ascensor”: cuando el encierro de dos genera situaciones límite

Diálogo con Esteban Prol, director de la obra de los autores uruguayos Sebastián Slepovich y Patricia Álvarez.

el ascensor. Susana Giannone, Esteban Prol y Juan Paya.
el ascensor. Susana Giannone, Esteban Prol y Juan Paya.

¿Qué es peor? ¿La claustrofobia de quedar encerrado en un ascensor o el confinamiento con un extraño insoportable? En “El ascensor”, de los uruguayos Sebastián Slepovich y Patricia Álvarez, confluyen ambas pesadillas en una, donde dos extraños quedan encerrados en el ascensor, sin luz, sin teléfonos, ante un apagón de la zona que imposibilita cualquier clase de comunicación. La espera se dilata entre asfixia y fatalismo. La comedia protagonizada por Susana Giannone y Juan Paya está dirigida por Esteban Prol y puede verse en el teatro Border los jueves y viernes a las 20. Dialogamos con Prol.

Periodista: ¿Qué ocurre en la obra además de estar atrapados esperando salir? ¿Cómo se transforman esos personajes?

Esteban Prol: El ascensor está planteado como un espacio emocional, entran de una manera y salen de otra, hasta que no resuelven su traba, seguirán estancados. El actor dice que entra como viudo publicista y sale como pigmeo caníbal. La actriz dice que entra como ejecutiva de un cargo muy importante y sale hecha un Pikachu de los Pokemon que lucha en batallas, como todos esos personajes de manga y videojuegos.

P.: ¿Qué temas aborda la obra?

E.P.: Se pone en juego la tolerancia, porque son dos personajes antagónicos que nunca se hubieran elegido para ni para un after office ni para tomar un café, seguramente se hubieran evitado en alguna fiesta. A veces hay situaciones que por más absurdas que parezcan tienen su sentido, y a veces es mejor hablar con extraños.

P.: ¿Qué se pone en juego en situaciones límite como esta?

E.P.: Es como una sala de escape donde la mente juega malas pasadas. Pude ubicar a los personajes en situaciones donde habitan fantasías, los pude mover de lugar para que pudieran mover las emociones. Se ve todo el tiempo la incomodidad y las ganas de querer salir, por eso empiezan a habitar otros espacios imaginarios. Los personajes por necesidad o desesperación o sentirse arrinconados terminan interpelándose sin quererlo quizá. Como un tropiezo conectan con sensaciones que antes no se animaban a transitar.

P.: ¿Cómo pensó la puesta para salir del estatismo que supone dos personas encerradas en un ascensor?

E.P.: El desafío fue ese, cuando uno está encerrado la que viaja es la mente y a partir de ahí se propone algún tipo de juego que lo puedo expresar en el escenario de manera casi literal. Ese juego imaginario se hace presente y ahí interactúan de manera inesperada. Debido a la circunstancia se animan a hacer cosas que antes no. Los cuerpos están estáticos pero la urgencia hace que uno piense otras cosas y la materialicen. Las primeras escenas son insoportables porque hay dos personajes que no se sabe si pasan un psicofísico y tienen problemas que de solo pensarlos, asustan.

P.: ¿Qué ámbito disfruta más? ¿El audiovisual o el teatro?

E.P.: Donde habite el juego, es mi mejor manera de aprendizaje. Cada escenario tiene sus reglas y la creación es lo que me inspira, cada proyecto me enseña, ese es mi proceso. Descubrirme y pasarla bien donde esté, porque no hay plata que te pague pasarla mal.

P.: ¿Cómo ve la escena teatral en este momento del país y como ves la producción audiovisual sea series o películas?

E.P.: Goza de muy buena salud, muchos espectáculos en el off son brillantes, surgen actores, directores, veo compañeros haciendo obras maravillosas. La producción audiovisual viene creciendo, se abre en plataformas, se hacen películas, me gustan mucho las de género, cuando me llaman, agradezco.

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