“Mi nueva muestra, se llama ‘Nefelibata’, palabra que significa un estado particular de existencia, romántico, en el que se busca la belleza, la paz, y no descender de allí”, dice a este diario el artista plástico Eugenio Cuttica. “Esta exposición representa un esfuerzo tremendo en mi obra, un cambio. Yo podría quedarme quieto, repetirme, hacer lo que gusta a quienes me siguen, pero estaría traicionando el propósito que me propuse, que es el de ser un resignificador de mitos. Yo me siento obligado a cambiar. Borges decía que hay cuatro o cinco temas en la literatura universal, y todo lo demás son variaciones. El desafío del artista es encontrar nuevas simbologías para mantener vigentes esos temas. Ese es el propósito de ‘Nefelibata’.”
Eugenio Cuttica: “El arte irradia una energía propia”
El destacado pintor y escultor, que sigue los preceptos budistas, inauguró nueva muestra y prepara una exposición inmersiva.
-
The Batman sigue ampliando su universo: cómo será la nueva película de Mike Flanagan
-
Remedios de Escalada: en un matrimonio feliz, una muerte puede significar dos muertes
Cuttica, que reside de manera permanente en Southhampton, Nueva York, vino a Buenos Aires a presentar esta nueva muestra en Espacio Ensō, en Beccar, la que podrá visitarse hasta el lunes de la semana próxima. Uno de los rasgos de la exposición es el uso predominante del color gris en varias de las obras más recientes. Este tono evoca el poema ‘Sinfonía en Gris’ de Rubén Darío, paralelismo buscado por sus pinturas. “Nefelibata” también se integra con una selección de esculturas en resina, que añaden una dimensión tridimensional a la muestra.
Formado en el budismo, doctrina a la que adhiere también en su modus operandi en el arte, en el diálogo con este diario añade: “El silencio es un estado mental al que el arte me fue llevando, y es una dimensión en la que habito. No me interesa salir de ahí. Lo que es ruido, choque, perturbación, me saca de ese estado en el que quiero estar. Sé que cada vez es más difícil conservar esa dimensión en este mundo repleto de guerras en que vivimos, pero a la vez es mucho más necesaria para la salud mental. Si uno se deja arrastrar por esa corriente cae en una especie de anomia en la que no se puede ni sentir ni pensar.”
Reflexionando sobre la misión del artista en ese mundo convulsionado, señala: “Hay cosas que no se pueden cambiar, y hay que aceptarlo, pero un artista puede crearse el propio templo, las cuatro paredes del taller, que son como una especie de religión laica. Yo trato de que mi espacio de trabajo no sea invadido. A mis asistentes les pido que dejen los problemas fuera del taller, y que trabajemos en estado meditativo. Yo estudié budismo en la Universidad de Nueva York, y eso es un poco lo que hizo cambiar mi carrera artística, y en cierta forma me ha salvado. He encontrado, a través del budismo, un sentido, y eso le dio sentido también a mi obra.”
Y más específicamente sobre la relación con la sociedad, expresa: “Los griegos pensaban que el artista era una especie de antena que capta el magnetismo, la inteligencia del universo. El artista es un vehículo atravesado por esa inteligencia. Entonces, cada artista tiene dentro de sí, detrás de la máscara, una conciencia oculta a la que hay que apelar. Y también más eficaz, porque esa conciencia jamás se equivoca. De allí surgen cosas increíbles que no puede producir el intelecto. Yo, como vehículo de esa energía, creo un objeto que antes no existía, que tiene la facultad de irradiar esa energía hacia quien lo observe. Aunque esa transmisión sólo dure unos minutos, el observador saldrá de la muestra cambiado. Esa es la misión del artista, la transmisión de esa energía, a través de una obra que la irradia, que se parece a la felicidad. El arte tiene un poder que atraviesa toda la realidad. Es triste ver cuando se utiliza al arte como mero transmisor de una ideología. Algo que es un tesoro es usado como un pisapapeles.”
Cuttica no sólo ha viajado en esta oportunidad por la muestra en Espacio Ensō (Fernando Fader 3476, Victoria) sino por un futuro proyecto que lo entusiasma: “Tuve la propuesta de hacer una exposición inmersiva con los personajes de mis obras, con proyecciones gigantescas, y utilizando tecnología de hologramas, como la que se empleó para un video de Michael Jackson. Va a ser una muestra ligada a la tecnología. Será en Buenos Aires, la estamos armando porque es costosísima, pero de a poco vamos logrando las cosas.”
Marcelo Zapata
Dejá tu comentario