4 de diciembre 2015 - 00:00

Obama admite que “es posible que la matanza haya sido terrorismo”

Una bandera de EE.UU. formada con armas y fusiles en lugar de barras y estrellas: así fue como representó ayer la masacre de San Bernardino el caricaturista del diario Los Angeles Times David Horsey. “Una nación bajo las armas”, dice la viñeta, deformando el lema “Una nación bajo Dios”.
Una bandera de EE.UU. formada con armas y fusiles en lugar de barras y estrellas: así fue como representó ayer la masacre de San Bernardino el caricaturista del diario Los Angeles Times David Horsey. “Una nación bajo las armas”, dice la viñeta, deformando el lema “Una nación bajo Dios”.
 Washignton - El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, dijo ayer que es "posible" que la matanza de San Bernardino (California) haya sido un acto "vinculado al terrorismo" y aseguró que el FBI llegará "hasta el fondo" de lo sucedido.

"Es posible que estuviera relacionado con el terrorismo, pero aún no lo sabemos. Es posible que estuviera relacionado con el lugar de trabajo" de uno de los autores del tiroteo, dijo Obama en una declaración a la prensa desde el Despacho Oval. Anunció que, a partir de ahora, la del tiroteo es "una investigación del FBI" (sigla de Oficina Federal de Investigaciones), que cooperará con las autoridades locales.

El miércoles 14 personas fallecieron y 17 resultaron heridas en un tiroteo en un centro para discapacitados situado en la ciudad de San Bernardino, 100 km al este de Los Angeles. Un ciudadano estadounidense, identificado como Syed Farook, de 28 años, y su esposa Tashfeen Malik, de 27 años, resultaron abatidos por policías poco después de los tiroteos.

"En este momento no sabemos todavía por qué ocurrió este terrible suceso", indicó Obama después de ser informado de los últimos detalles por la fiscal general de EE.UU., Loretta Lynch, y el director del FBI, James B. Comey.

"Sabemos que los dos individuos asesinados (por la Policía) estaban equipados con armas, y parece que tenían acceso a más armamento en sus hogares, pero no sabemos por qué lo hicieron, las dimensiones de sus planes ni sus motivaciones", insistió.

Lynch, por su parte, dijo ayer que "violencia como ésta no tiene lugar en este país y en esta nación".

Obama, que envió sus condolencias a las familias de las víctimas, prometió "llegar hasta el fondo de esto", aclarando que la prioridad será "conseguir los hechos" y no llegar a conclusiones precipitadas.

Como lo hizo horas después de la matanza, el mandatario insistió ayer en que debe aprobarse una legislación de control de armas. "Tenemos que reflexionar sobre nosotros mismos como sociedad, para dar pasos básicos que hagan que sea más difícil, no imposible, pero más difícil, que los individuos consigan acceso a armas de fuego", dijo.

"No podemos dejar que sólo nuestros profesionales lidien con los problemas de este tipo de asesinatos horribles. Todos nosotros tenemos un rol que desempeñar", subrayó en un nuevo llamado al Congreso, controlado por la oposición republicana.

Obama aseguró el año pasado que su mayor frustración como presidente fue el fracaso de sus esfuerzos por lograr un mayor control de la venta y posesión de armas en el país.

El debate se reabrió en 2012 a raíz de dos sucesos: la matanza en un cine de Aurora (Colorado), donde hubo 12 muertos y 58 heridos, y la ocurrida en la escuela Sandy Hook de Newtown (Connecticut), donde fueron asesinados a tiros 20 niños y 6 mujeres.

El Gobierno de Obama impulsó entonces un conjunto de medidas para reformar la legislación, pero el Congreso no aprobó siquiera la que generaba más consenso: un sistema de verificación de antecedentes para impedir que las armas llegaran a los criminales o a las personas con problemas de salud mental.

Agencias EFE y AFP

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