18 de enero 2024 - 00:00

VW y GM postergan inicio de producción por la deuda con proveedores externos

Volkswagen se sumó a la decisión que tomó General Motors. Otras terminales también analizan los pasos a seguir, como Renault. Toyota aceptó el bono del Gobierno.

IMPACTO. La producción automotriz es una de las actividades más afectadas.
IMPACTO. La producción automotriz es una de las actividades más afectadas.

En un inicio de año complicado para la economía por la alta inflación y la tensión cambiaria, la automotriz Volkswagen (VW) se sumó a General Motors y postergará el reinicio de su producción. En principio, lo haría hasta fines de febrero o comienzos de marzo. La firma alemana tenía previsto volver a la actividad el 29 de enero, después del receso de vacaciones que comenzó a fin de año, aunque los planes cambiaron en los últimos días.

El motivo de esta decisión es la deuda acumulada con proveedores del exterior por el no pago de las importaciones realizadas durante todo el 2023, como consecuencia del cepo total dispuesto por el exministro Sergio Massa.

Según fuentes autopartistas, el reinicio se produciría en la “semana 10”, es decir el 4 de marzo.

Por ese motivo, la automotriz está analizando la aceptación del bono lanzado por el gobierno, aunque la decisión dependerá de la aprobación de la casa matriz en Alemania. En ese sentido, Toyota fue la primera terminal en sumarse a ese sistema. La planta venía produciendo en dos turnos para la fabricación de los modelos Taos y Amarok. De esta manera, se suma a la decisión tomada por General Motors que anticipó Ámbito.

También hay otras automotrices con dificultades para normalizar el abastecimiento. Por ejemplo, Renault tendría a varios proveedores locales con problemas para producir porque por la negativa de empresas extranjeras de seguir enviando insumos. La planta de Córdoba –donde también se fabrica la pickup Frontier de Nissan– tiene previsto retomar la producción el lunes.

Distinta es la situación con las nuevas importaciones que se empezaron a realizar a partir del nuevo gobierno ya que hay un sistema de cronograma de pagos que empezó a realizarse esta semana y ya los primeros importadores recibieron dólares al valor oficial para cancelar las nuevas compras.

Pese a que con el nuevo gobierno se flexibilizó el régimen de importaciones y se comenzaron las primeras liberaciones de dólares por parte del Banco Central para pagar a proveedores del exterior, la situación de las industrias sigue siendo delicada para el abastecimiento de piezas e insumos importados debido a la deuda acumulada durante todo el 2023 en el comercio exterior.

El sector automotor es uno de los más afectados y el año pasado sufrió interrupciones constantes de producción a causa del corte de suministro por parte de empresas internacionales que se negaban a seguir enviando productos ante el incumplimiento en los pagos.

El receso de fin de año y el período de vacaciones provocó un impasse en este problema, pero el reinicio de la actividad viene con complicaciones.

En GM todavía no está definida la fecha de reinicio, aunque, según pudo saber Ámbito, la inactividad continuaría por una o dos semanas.

Si fuese por una semana, la solución laboral se canalizaría por el adelanto del período de vacaciones de invierno. Eso es lo que se estaría comunicando a los trabajadores, ya que deberían firmar ese acuerdo.

En cambio, por un tiempo mayor, se tendría que entrar en un esquema de suspensiones.

Eso es lo que la empresa está negociando con el gremio de SMATA. Por el momento no hay acuerdo.

En la planta de General Motors se produce, desde ahora, un único modelo: el SUV Tracker. Hasta fin de año se fabricaba también el Cruze, pero se discontinuó por el fin de vida del modelo.

En la última parte del año pasado, General Motors cerró por tres semanas por este motivo: los proveedores del exterior cortaron los envíos de mercadería por la deuda acumulada por importaciones realizadas.

El ex ministro de Economía, Sergio Massa, había dispuesto que las terminales y autopartistas se financiaran por su propia cuenta con la promesa que, en determinado plazo, el Banco Central entregaría los dólares a valor oficial para cancelar esas deudas.

Sin embargo, el plazo de pago se fue siempre modificando y dejó su gestión con una acumulación de deuda para el sector que supera los u$s8.000 millones,

El gobierno de Javier Milei propuso un bono (Bopreal) para ir pagando esta deuda en un plazo de cuatro años, pero las muchas empresas del exterior no aceptan este sistema y exigen la cancelación inmediata de esa deuda para seguir abasteciendo.

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