En Argentina existen varios marcos normativos que apoyan al sector minero, entre ellos, la Ley de Inversión Minera, que establece beneficios fiscales e incentivos a la inversión, y el RIGI, para las grandes inversiones. Hoy esas dos herramientas son un marco ideal que generan una expectativa social en torno a las posibilidades de crecimiento de la industria del litio.
Litio: futuro prometedor para la industria del "oro blanco" en los próximos 10 años
Expertos coinciden en que Argentina se consolidará como uno de los principales productores de litio a nivel mundial y destacan el rol central de la tecnología de punta con parámetros sostenibles para impulsar los proyectos en La Puna.
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“Argentina se consolidará en la próxima década como uno de los principales países productores de litio a nivel mundial”, afirmó Lucía Mejuto, gerente de desarrollo de negocios de Aggreko, en el marco de la 3° edición de Argentina & Latam Lithium Summit que organizó IN-VR.
Según los especialistas, este horizonte de crecimiento significativo está impulsado por la demanda de baterías para su uso en electromovilidad, almacenamiento de energía y para dispositivos electrónicos. Pero también aseguran que esta oportunidad implica trabajar proactivamente por una minería más sostenible.
Las baterías de iones de litio aseguran una integración más efectiva de las energías renovables, como la eólica y la solar, lo que brinda flexibilidad a las redes eléctricas. A su vez, esto permite mantener el suministro constante para avanzar hacia un sistema eléctrico más sostenible.
El camino hacia a la descarbonización
Los estándares internacionales demandan generación de energía con el menor costo a través de una fuente de suministro confiable. La fiabilidad se logra usando equipos robustos, con una planta bien diseñada, que permita atender rápidamente a las variaciones de demanda.
“Este es uno de los pilares fundamentales de nuestras soluciones y lo que nos diferencia en el mercado. Tenemos una larga trayectoria y experiencia en la operación de plantas de generación de energía remotas”, explicó Mejuto.
La descarbonización es posible cuando las soluciones de energía cumplen una serie de requisitos:
- Hibridación de fuentes de energía: las soluciones deben combinar fuentes térmicas y renovables como solar y eólico. Esto permite bajar emisiones y costos al mismo tiempo.
- Uso de baterías: implementar sistemas avanzados que permiten almacenar energía, estabilizando el suministro eléctrico. También permite aprovechar la generación renovable al máximo.
- Monitoreo y optimización en tiempo real: esta posibilidad facilita el ajuste inmediato entre demanda y generación.
Aggreko es una de las empresas que lleva adelante proyectos en La Puna, acompañando el crecimiento desde el inicio de las operaciones. “Desde el año pasado, tenemos en funcionamiento un proyecto en Salar del Hombre Muerto, donde el cliente necesitaba una solución de energía de rápida implementación y escalable. En la primera etapa, se instalaron 3,8 MW, con una segunda que asciende a los 7,8. Pudimos implementar la solución en tiempo récord, lo que hizo que la minera pudiera empezar a operar de forma rápida”, detalló la gerenta de la firma.
Cuáles con las perspectivas del sector del litio
“Nos encontramos en un momento de alta inversión en tecnología, que busca producir de forma más eficiente y con menor impacto ambiental. Creo que vamos en el camino correcto. Junto con la industria del litio, se espera también el desarrollo de la cadena de valor, donde van a surgir nuevas oportunidades”, concluyó Mejuto.
“La industria del litio se está moviendo muy rápido por lo que, año tras año, nos encontramos con nuevos desarrollos que ayudan a mejorar la industria”, agregaron desde la compañía.
La mirada sobre la minería argentina del exviceministro de Minas de Perú
En el marco de su reciente participación en XIII Seminario de Litio en Sudamérica que organizó Panorama Minero en Jujuy, Augusto Cauti, exviceministro de Minas de Perú, dialogó con Energy Report sobre las perspectivas para los minerales críticos. "Actualmente, existe una gran preocupación internacional que ya no va por el lado de hacer o no minería, sino va por poder asegurar el abastecimiento necesario de metales que la transición energética y la electromovilidad requerirán para cumplir los objetivos del mundo", sostuvo.
Para Cauti, destacó que mucho la industria argentina mucho tiene que aprender de Perú, un país donde el sector minero es esencial para su economía y el desarrollo, que cuenta además con tradición y conocimiento minero de siglos a lo que suma su geología rica en metales como el cobre y el litio. "A Perú lo encuentra bien posicionado para aprovechar esta ola de oportunidades; aunque claro deberá afrontar principalmente retos socio-ambientales, una mayor predictibilidad en los permisos y de cierta estabilidad política, todos ellos factores que se requieren para llevar adelante este tipo de inversiones intensivas en capital, de alto riesgo y largos plazos", indicó exviceministro de Minas, experto en desarrollo de negocios y estrategia para proyectos sostenibles.
Al analizar la situación en Argentina, Augusto Cauti recordó que una producción importante de litio argentino a nivel mundial ya ha sido aprovechada al máximo en estos últimos cinco años de creciente demanda mundial. "La producción internacional se duplicó y tiene mucho potencial por desarrollar aun, con más de de 40 proyectos, así como con proyectos de cobre; por ello, no siendo un sector relevante para su economía nacional a la fecha, lo podría ser sin dudas en estos próximos años compitiendo con el campo o los hidrocarburos", enmfatizó.
En ese sentido, el ex funcionario peruano y ahora consultor privado dijo que "el país cuenta no sólo con ese relevante potencial geológico, sino también con buena disponibilidad de infraestructura, un entorno social con buen nivel educativo y un Estado (y algunas provincias principalmente) que genera políticas públicas de atracción de inversiones, tal como el RIGI. Esto apunta en la dirección correcta".
El precio de la tonelada de litio
Un reciente informe del economista Maximiliano Ramírez con datos de EPyCA Consultores sobre este sector, brinda mejoras en las proyecciones a futuro. A partir de 2006, los precios del carbonato de litio aumentaron significativamente, traccionados por la demanda para baterías que no llegaba a ser satisfecha por el ritmo de expansión de la oferta. Casi una década después, pasaron de un precio promedio en 2015 de u$s6.500 por tonelada a u$s14.200 en 2018.
Para 2024 se estima un promedio final de u$s16.500 por tonelada, aunque en el mercado spot hoy cotiza a unos u$s12.000. Para el período 2025-2027 rondarían los u$s20.800 por tonelada, lo que los ubica un 53% por encima del promedio 2005-2023.
Según Maximiliano Ramírez, una de las claves de la industrialización del litio reside en que conocimiento, tecnología y producción están estrechamente ligados, como en muchos otros procesos. "Por lo cual, no dejará de ser vital para los países que poseen el recurso trazar algún tipo de estrategia, ya sea individual o conjunta, en el proceso de la transición tecnológica y energética que ya está comenzando", enfatizó.
En este sentido, el economista destacó la posiblidad de contar en el país con una empresa productora del principal insumo del litio, como es carbonato de sodio natural (la conocida "soda ash"), lo que es vital para pensar el desarrollo futuro del valor agregado tanto en la producción de la industria química en general como la de la electromovilidad en particular.
En el primer semestre del 2024 la producción de litio duplicó el valor de 2023, pero para el próximo quinquenio la producción nacional podría alcanzar las 202.000 toneladas de LCE, un 373% más que las 44.000 toneladas del año pasado. Para fines de 2024 se espera una producción total de carbonato de litio por arriba de las 80.000 toneladas.
En este contexto, de concretarse los proyectos de litio al 2027, sólo en Argentina se consumirían 1.000.000 toneladas al año de "soda ash" entre industria del litio y otros sectores como farmacéuticas, alimentación y el vidrio. Y si este número se extrapola a América del sur (sumando a Brasil, Chile y Perú) la necesidad se multiplicaría por tres hasta rondar las 3 millones de toneladas de "soda ash", teniendo en cuenta que el polo industrial brasileño demanda 1,5 millón anuales.
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