En la inmensidad de la Puna salteña, donde el viento corta la tarde y los silencios se vuelven paisaje, hay historias que avanzan con una fuerza que no siempre se ve, pero que transforma. Entre esas historias está la del Grupo Vacazur Hermanos (GVH) y de Nuevo Bus, dos empresas nacidas en la altura, construidas por familias originarias y sostenidas por el esfuerzo cotidiano de decenas de trabajadores que hoy integran la cadena de valor minera con profesionalismo, identidad y orgullo.
Proveedores mineros de la Puna: empresas que crecen en la región sin olvidar sus raíces
El Grupo Vacazur Hermanos se expande a Paraguay y Brasil, abre nuevos mercados y sostiene un fuerte compromiso social con las comunidades de la Puna. Donó una camioneta 4x4 a la comunidad de Olacapato.
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El Grupo Vacazur Hermanos decidió devolverle a su tierra parte de lo que la actividad minera les permitió construir. En esta oportunidad, entregaron una camioneta Toyota Hilux 4x4 0 km a la comunidad Kolla de Olacapato.
Lo que hoy es un grupo consolidado de más de 150 colaboradores formales, capacitados y registrados, comenzó hace 26 años como un emprendimiento familiar en San Antonio de los Cobres, cuando la minería aún no vislumbraba el potencial que ahora tiene en el norte argentino.
Sus fundadores Luis, Vilma, Cristian, Francisco, Laura, Ramiro, y más tarde toda la descendencia de Doña Pascuala y Don Benito Vacazur, entendieron antes que muchos que la actividad minera sería una oportunidad histórica para la región. Pero también comprendieron algo más: que las comunidades originarias no debían ser espectadoras, sino protagonistas.
“En la Puna no queríamos una propina ni servir solo para las fotos que sacan los turistas, ni que las empresas nos tomen como un grupo de originarios sin capacitación. Queríamos ser protagonistas en nuestro territorio. Y para eso trabajamos y nos formamos”, expresó Luis Vacazur.
El esfuerzo silencioso de los proveedores puneños
La historia de GVH resume el camino que recorren cientos de proveedores mineros del norte argentino: comenzar casi desde cero, formarse, adaptarse a estándares internacionales, ganar licitaciones, cumplir protocolos exigentes, trabajar a 4.000 metros de altura y demostrar, una y otra vez, que en la Puna hay talento, capacidad y compromiso.
GVH y Nuevo Bus empezaron ofreciendo servicios básicos de logística y transporte en la región. Con el tiempo, ampliaron su especialización hacia operaciones mineras, transporte de personal, custodia y seguridad caminera, rescate y emergencias, logística de alta montaña y servicios de apoyo en situaciones críticas. Hoy trabajan en un extenso corredor que incluye San Antonio de los Cobres, Olacapato, Tolar Grande, Salar de Pocitos, Santa Rosa de los Pastos Grandes y Campo Quijano.
Este crecimiento no llegó por casualidad. Fue el resultado de años de disciplina, capacitación y mejora de procesos. Pero también fue posible porque empresas como Mansfield, en su momento, y hoy Rio Tinto y First Quantum Minerals, decidieron abrir la puerta a proveedores locales que trabajan con los mismos estándares que cualquier compañía global.
“Las empresas mineras nos han dado oportunidades reales. Las aprovechamos con compromiso y trabajo”, reconoce Luis Vacazur, fundador del grupo.
Profesionalización con identidad
La clave del modelo GVH es que la empresa creció sin romper el vínculo con sus raíces. La identidad indígena no fue un obstáculo para la profesionalización: fue el punto de partida.
La mayoría de sus trabajadores son jóvenes de comunidades originarias, muchos de ellos sin empleo formal previo. GVH los formó como conductores de alta montaña, técnicos, operadores, rescatistas y profesionales especializados. Y lo hizo de manera sostenida, con registros laborales formales, respeto ambiental y cumplimiento normativo.
“En la Puna no queríamos una propina. No queríamos servir solo para la foto del turista. Queríamos ser protagonistas en nuestro territorio”, resume Vacazur, sintetizando el espíritu de una empresa que hoy es referencia entre los proveedores mineros del norte.
Un modelo que devuelve a la comunidad
La madurez del proyecto quedó clara en el gesto que motivó esta historia: la donación de una camioneta Toyota Hilux 4x4 0 km a la Comunidad Kolla de Olacapato.
La entrega no fue un simple aporte material. Representó un mensaje profundo: devolver a su gente parte de lo que la minería les permitió construir.
"Este gesto sintetiza la filosofía que la empresa viene cultivando desde sus inicios y que apunta a avanzar, crecer, competir y profesionalizarse sin perder la raíz comunitaria que los define", indicaron los Vacazur.
En Olacapato -donde solo hay un colectivo semanal para conectar con San Antonio de los Cobres o Salta Capital-, el vehículo será una herramienta clave para mejorar la movilidad comunitaria, facilitar emergencias, apoyar actividades productivas y fortalecer la participación institucional en un territorio donde las distancias son abrumadoras.
“Buscamos atender las expectativas de todos: inversores, empresas, gobiernos, ONGs y, sobre todo, de las comunidades a las que pertenecemos”, destacó el empresario.
Un proveedor que ya piensa en la región
La expansión del Grupo Vacazur Hermanos no se queda en la Puna. La empresa anunció la apertura de una sucursal en Paraguay y evalúa próximos desembarcos en Brasil, con el objetivo de llevar su modelo de logística, transporte y servicios especializados a nuevos mercados.
Este crecimiento regional es posible porque GVH ya opera con estándares de multinacional, aunque mantiene su base en la Puna y su compromiso social con las comunidades.
El valor real de los proveedores mineros
Lo que demuestra el Grupo Vacazur Hermanos -y otros proveedores similares de la región- es que la minería no solo genera exportaciones o inversiones: puede generar empresas locales sólidas, empleo registrado, profesionalización real, y, sobre todo, desarrollo que queda en el territorio.
Hoy, GVH y Nuevo Bus son un símbolo de esa nueva etapa: empresas indígenas, formales, profesionales y socialmente comprometidas. Empresas que entienden que la minería moderna necesita proveedores capaces, pero también sensibles a su territorio. Empresas que muestran que el progreso es posible cuando nace desde adentro.
Desde la altura, desde el silencio de la Puna, desde el esfuerzo de cientos de trabajadores, surge un mensaje claro: cuando las comunidades participan de la minería con protagonismo, la transformación es verdadera, sostenible y compartida.
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