El nombre de Ricardo Savini es conocido en la industria petrolera latinoamericana. Geólogo de formación, con más de 30 años de experiencia en exploración y producción, fue uno de los responsables de convertir a 3R Petroleum en una de las compañías independientes más dinámicas de Brasil. Tras dejar esa etapa atrás en 2023, decidió fundar una nueva empresa: Fluxus Oil&Gas, con la mira puesta en la Argentina y en la integración energética regional a través del gas de Vaca Muerta hacia Brasil.
Ricardo Savini detalló los planes de Fluxus, con respaldo del Grupo J&F de Brasil y foco en Vaca Muerta
El CEO de Fluxus dijo que Brasil necesita el gas argentino para complementar su matriz. "La ecuación es simple: solo falta infraestructura y reglas claras para que fluya esa integración”, afirmó.
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Al inicio del webinar con el Mercado Electrónico de Gas (Megsa), Ricardo Savini aclaró que el foco con Fluxus "siempre fue ver el mercado argentino, boliviano, venezolano y peruano, principalmente en activos de producción, aunque también en exploración".
“Fluxus nace con una visión distinta a 3R. Allí aprovechamos una ventana de oportunidad específica en Brasil, cuando Petrobras debía desprenderse de activos maduros. Hoy ese ciclo terminó. La estrategia ahora es regional, con foco en Argentina, Bolivia, Venezuela y Perú. Queremos ser parte de la solución energética de Sudamérica”, sostuvo Savini durante una entrevista organizada por el Mercado Electrónico de Gas (Megsa).
De Petrobras a 3R Petroleum: la primera gran historia
Savini inició su carrera en Petrobras, donde trabajó varios años hasta unirse a Pérez Companc en Venezuela. Más tarde pasó por Houston y en 2007 se radicó en Buenos Aires, desde donde siguió vinculado a la actividad. La oportunidad de crear 3R Petroleum surgió en 2010, cuando en Brasil comenzaba un proceso de apertura del sector a nuevos jugadores.
“Literalmente arrancamos 3R en una habitación de mi casa en Río de Janeiro, con apenas un PowerPoint. En pocos años nos convertimos en la compañía que más contratos firmó con Petrobras, superando incluso a grandes grupos internacionales”, relató ante las preguntas de Daniel Núñez, gerente de operaciones de Megsa.
El crecimiento fue vertiginoso. En 2019, la compañía adquirió el polo Macau en Río Grande do Norte y en menos de un año duplicó la producción. “Cuando compramos Macau, producía 3.500 barriles por día. A los seis meses ya estábamos en 7.000, y hoy opera en 16.000 barriles. Ese fue el caso testigo que nos permitió consolidar credibilidad en el mercado”, recordó.
Para financiar su expansión, 3R debutó en la Bolsa de San Pablo en 2020, levantó más de u$s500 millones en su IPO y realizó varios follow on. Entre 2019 y 2023 llegó a desembolsar más de u$s2.200 millones en adquisiciones de activos de Petrobras. Finalmente, en 2023, la compañía se fusionó con Enauta y pasó a llamarse Brava Energía, mientras Savini cerraba su ciclo como presidente.
El nacimiento de Fluxus en Argentina
Tras esa experiencia, el geólogo decidió volver a emprender. Junto a los argentinos Jorge Lorenzón y Víctor Abreu, ambos con experiencia internacional en Petrobras y ExxonMobil, fundó Fluxus. “Cuando empezamos, muchos nos decían que era una locura volver a intentarlo. Pero la energía es mi vida, y además vimos que Argentina ofrecía un escenario de oportunidades únicas”, explicó.
La primera jugada llegó en septiembre de 2023, cuando Fluxus adquirió el campo Centenario en Neuquén, que pertenecía a Pluspetrol. “Fuimos muy bien recibidos en Argentina, incluso siendo una startup desconocida. Todos los trabajadores del campo pasaron a Fluxus, no despedimos a nadie. Eso fue fundamental para construir confianza en la provincia y en el país”, destacó Savini.
El ejecutivo recordó que la compañía nació en Argentina al mismo tiempo que negociaba el respaldo de un gigante brasileño. Esa combinación de visión emprendedora y músculo financiero fue lo que permitió a Fluxus presentarse como un nuevo jugador relevante.
El respaldo del Grupo J&F
En 2024, Fluxus fue adquirida por Grupo J&F, el conglomerado de la familia Batista, propietarios de JBS, el mayor productor de alimentos proteicos del mundo. Con presencia en 23 países, más de 300.000 empleados y activos por u$s63.000 millones, el grupo diversificó en los últimos años su portafolio hacia sectores como energía, celulosa, finanzas y minería.
“Para nosotros, tener detrás al Grupo J&F significa acceso a capital, respaldo empresarial y un ecosistema de negocios donde la energía juega un rol estratégico. El grupo es dueño de Ambar Energía, una de las compañías de generación eléctrica más dinámicas de Brasil, que en apenas tres años triplicó su capacidad instalada y hoy supera los 4 GW”, detalló Savini.
Ambar, además, es uno de los principales consumidores de gas en Brasil y opera centrales clave como la de Uruguaiana, que ya se abastece con gas argentino, y la de Cuiabá, vinculada a la red boliviana. “Ese encadenamiento nos da una ventaja competitiva: podemos integrar la producción de Vaca Muerta con la demanda brasileña de gas. Hay una oportunidad histórica que no podemos desaprovechar”, enfatizó.
Gas de Vaca Muerta para Brasil
El CEO de Fluxus resaltó que el potencial de Vaca Muerta trasciende las fronteras argentinas. “Argentina tiene gas en abundancia, y Brasil necesita gas para complementar su matriz. La ecuación es simple: solo falta infraestructura y reglas claras para que fluya esa integración”, señaló.
En ese sentido, el grupo mira con atención los desarrollos de transporte como el Gasoducto Néstor Kirchner y los proyectos de interconexión hacia Brasil. “Nuestro rol es aportar producción, conocimiento y visión regional. Lo que hicimos en Brasil con 3R, queremos replicarlo en Argentina y con un alcance aún mayor”, indicó.
Para el ejecutivo, hoy existe una confianza en la capacidad de producción y el consumo. “No hay dudas de la capacidad de producción de gas natural que tiene Argentina en este momento, ni de la capacidad de Brasil para absorberlo. El gas que esté disponible será consumido, de eso no hay que dudar”.
En ese marco, remarcó las rutas posibles para llevar el gas a Brasil. “Existen tres rutas posibles: usar el sistema boliviano; construir un tramo relativamente corto cruzando de Argentina hacia Brasil a través de Paraguay, que me parece que puede ser muy competitivo en términos económicos; o bien aprovechar el ducto que conecta Uruguaiana con Porto Alegre, que depende solamente de que los brasileños se pongan de acuerdo.”
Al mismo tiempo, Savini alertó sobre costos y transporte. “Lo que debo hacer como operador es mantener mis costos operativos mucho más bajos que los de los competidores. El precio al que el gas llegue a San Pablo dependerá de cuánto paga el productor, cuánto cuesta transportarlo en Argentina, cuánto en Bolivia y cuánto en Brasil. Si todos los transportistas cobran caro, la cuenta no cierra”.
(Nota del Redactor: el precio de exportación del gas de Vaca Muerta a Brasil acordado recientemente es de 7,82 dólares por millón de BTU en la frontera argentina, con un valor estimado de 9,32 dólares en su llegada a Brasil).
Es por eso que se deberá tener en cuenta la variación estacional de la demanda. “La diferencia entre invierno y verano en Argentina es muy marcada, y eso influye directamente en los precios. Son condiciones que tenemos que considerar también en la planificación”, dijo el experto.
“El Gasoducto Bolivia-Brasil y el sistema boliviano-argentino forman parte de la ecuación. Además, hay experiencias recientes en las que se comercializaron más de 200 millones de metros cúbicos de gas a través de estas redes”, remarcó
Producción y potencial de Vaca Muerta
Según los datos presentados, Fluxus cuenta actualmente con 26 millones de barriles equivalentes de reservas 2P en Centenario, con una producción aproximada de 810 mil m³/día de gas y 500 barriles de líquidos diarios entre petróleo y condensados. Además, proyecta 49 toneladas de GLP.
El ejecutivo destacó que el bloque combina reservorios convencionales con potencial no convencional, al encontrarse dentro de la ventana de petróleo de Vaca Muerta: “Centenario estaba en los mapas antiguos fuera de la zona productiva, pero Pluspetrol ya había identificado su potencial, y nuestra intención es avanzar con pilotos que permitan demostrar la productividad de la formación en esta área”.
Fluxus prevé invertir entre 70 y 100 millones de dólares en una primera fase, con el objetivo de perforar pozos piloto en la zona no convencional. “Si los pilotos resultan exitosos, la escala de inversión podría multiplicarse. Vaca Muerta requiere grandes desembolsos, pero también ofrece grandes oportunidades”, subrayó Savini.
Inversiones sociales y empleo local
Además del plano técnico, Fluxus comprometió una estrategia de responsabilidad social empresarial en Neuquén, que se definirá en conjunto con las comunidades locales. “No se trata de llegar y prometer cualquier cosa. Queremos primero conocer la realidad de las comunidades y luego decidir cómo contribuir. En Brasil tenemos un instituto educativo del Grupo J&F que trabaja con miles de jóvenes. Queremos replicar ese espíritu en la Argentina, con programas serios y de largo plazo”, sostuvo Savini.
El ejecutivo también fue claro respecto a la política laboral: “Nuestra visión es trabajar con la gente local. No tenemos ninguna intención de traer planteles de Brasil. Valoramos enormemente a los equipos que ya estaban en Pluspetrol y queremos que sigan siendo parte de este proyecto”.
Compromiso ambiental y abandono de pozos
Uno de los puntos más sensibles de la operación es el compromiso asumido por Fluxus para el abandono progresivo de pozos en zonas urbanas y periurbanas. Savini explicó que este fue uno de los temas más extensamente negociados con la provincia de Neuquén durante la adquisición de Centenario a Pluspetrol.
“Hemos establecido un programa de abandono que se extenderá por los próximos siete años. Es un compromiso con la provincia y, más aún, con nosotros mismos. No se trata solo de producción: tenemos la responsabilidad de cerrar de manera segura pozos que ya no tienen potencial, especialmente aquellos ubicados cerca de áreas pobladas”, afirmó.
El ejecutivo comparó la normativa argentina con la de Brasil y Bolivia, donde existen marcos regulatorios más estrictos que obligan a provisionar fondos para futuros abandonos. “En Argentina esa obligación no está tan clara en la ley, lo que genera dudas razonables de las autoridades provinciales. Pero nosotros decidimos tomarlo como una política propia”, indicó.
Relación con la provincia y pasivos ambientales
El acuerdo con Neuquén incluyó un plan de abandono de al menos 70 pozos, además de la puesta en valor de la planta Turbo Expander en Centenario Centro, lo que permitirá optimizar la producción de gas y líquidos.
Savini reconoció que la negociación fue larga, debido a que la provincia quería garantías frente al pasivo ambiental acumulado: “No fue fácil. El cierre con Pluspetrol demoró casi dos años, en parte porque las autoridades buscaban asegurarse de que una empresa desconocida como Fluxus tuviera la capacidad y el compromiso para hacerse cargo de la operación y de los pasivos. Fue un proceso duro, pero necesario”.
Proyección regional: el caso Bolivia
Además de Argentina, Fluxus consolida su presencia en Bolivia, donde adquirió activos de Pluspetrol con producción de unos 100.000 m³/día de gas en tres campos cercanos a Santa Cruz de la Sierra. También sumó el bloque Yacauíba, en la frontera con Argentina.
La compañía está trabajando con YPFB en proyectos exploratorios de gran envergadura, como Vitiacua y San Telmo Sur, con potencial de hasta 2 TCF cada uno. Sin embargo, Savini advirtió que el desarrollo está condicionado a un cambio en el marco legal boliviano: “Hoy la carga fiscal sobre la producción puede llegar al 82%, lo que desincentiva las inversiones. Nuestra apuesta es que el modelo cambie, porque Bolivia necesita descubrir nuevas reservas”.
Una apuesta a largo plazo
Savini aclaró que Fluxus no se limitará al upstream en Argentina. También analiza oportunidades en Bolivia, Perú y Venezuela, además de proyectos exploratorios en África y Asia. “El objetivo es construir un portafolio diversificado y resiliente. Argentina es nuestra base de operaciones, pero pensamos de manera global”, dijo.
Con una trayectoria que ya demostró capacidad para transformar startups en grandes empresas, Savini busca ahora consolidar un segundo capítulo exitoso. “Fluxus es un proyecto distinto a 3R, pero con la misma esencia emprendedora: ver oportunidades donde otros no las ven y construir futuro desde nuestra región”, concluyó.
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