Se viene el momento donde el Banco Central pondrá en marcha el crawling peg. Pero probablemente no será según lo anunciado. Después de ocho semanas con el dólar oficial inmovilizado a $350, el BCRA se apresta a sacarlo del freezer. Dará inicio así a un nuevo esquema cambiario. El propio Sergio Massa anticipó la última semana que la velocidad de suba diaria comenzaría con un ajuste de $3,5 y luego adoptaría un ritmo de depreciación cuyo saldo sería del 3% mensual.El dato es que, en las últimas horas, ese guarismo está en revisión. Hay dudas, tanto en Economía como en el Banco Central, ya que la marca del 3% mensual podría quedar muy por debajo del ritmo inflacionario. Hay una probabilidad de que sea un poco más alto.Ayer, el INDEC marcó una inflación del 8,3% para el mes de octubre, pero noviembre no se quedaría atrás. Y si bien hace algunos días entre los funcionarios de Economía había tentado la idea de postergar el inicio del descongelamiento para la semana próxima, en las últimas horas esa estrategia viró definitivamente. Hoy, una parte del BCRA se vuelca a pensarlo de otra manera, ya que persiste la idea de evitar un mayor atraso del tipo de cambio oficial, que haga más difícil la tarea más adelante.Hay que recordar un detalle no menor: el plan del equipo económico abarca también una serie de precios “atados” al congelamiento del tipo de cambio oficial, principalmente tarifas y acuerdos de precios en productos de consumo masivo, al que también habría que incorporar el dólar exportador, que tiene vigencia hasta este viernes.El objetivo del Palacio de Hacienda está claro: no hacer olas en la previa electoral, pero tampoco una vez pasada la elección. Se evitará bajo todo aspecto dar saltos bruscos en el valor de la divisa.Dos datos ayudan a comprender la decisión del Gobierno. Por un lado, como se dijo, la brecha cambiaria se encuentra en niveles altos, y la experiencia reciente con la devaluación registrada después de la PASO por recomendación -el término queda corto- del FMI, es que, lejos de aportarle mayores posibilidades al BCRA, implicó mayor presión inflacionaria y magras ventajas.Por otro, algunas fuentes de Gobierno consideran que, potencialmente, el momento de hacer algunas modificaciones más relevantes sobre el tipo de cambio oficial podría llegar recién el año próximo, en la entrada de marzo, cuando comienza la liquidación fuerte y tiene más incentivo generar esa modificación.El dólar futuro, MEP, CCL y blueEs interesante leer lo que ocurre en los mercados. La percepción de los principales brokers y de los bancos fue que Massa se alzó con una clara ventaja en el debate de cara al balotaje. Esto no implica una ecuación directa para el próximo domingo. Pero sí atenuó las cotizaciones.Merece una mención especial lo ocurrido en los futuros del Rofex, que el lunes y el martes cayeron de forma generalizada, con lo que volvió a diluirse la expectativa sobre una posible devaluación brusca en diciembre y enero.El dato es que, según cuentan algunas fuentes, el BCRA pareciera haber vuelto a intervenir, especialmente en el contrato de noviembre de Rofex. ¿Mensaje del más allá? Puede ser. Comentan que el contrato de noviembre cerró en $375, un 7% por encima del spot.Otro dato que se consigna es que ese valor se ubica 4,6% por encima de los $358 a los que concluiría noviembre, si se incrementa al 3% mensualizado (sumado al 1% mañana). La otra señal que dejó el BCRA es que el contrato del Rofex se negoció al mismo valor que el MAE, algo que no ocurrió en las últimas cuatro semanas. De esa forma puede derivarse que el BCRA habría vuelto a dar señales de precio para las próximas semanas.La misma secuencia pudo leerse en la cotización del dólar en el mercado informal, que viene de caer $35 el lunes, lo que representó un retroceso de 3,6% respecto del cierre previo. El billete ayer se negoció estable en $925, mientras los dólares financieros operaron también a la baja. Por ejemplo, el MEP descendió a $868,42 (GD30), mientras que el CCL se ubicó en $875,28.Una lectura: pocos negocios en la plaza y una mala experiencia de muchos inversores que buscaron cubrirse en la previa de la elección general, asustados ante la posibilidad de una dolarización sin dólares como la que proponía Milei. Estas estrategias trajeron muchas pérdidas en pesos luego de la elección, acciones y bonos se derrumbaron, también aquellos que estaban parados en Cedears. Algunas encuestas y el resultado del debate electoral parecieron convencer a un sector del mercado que la dolarización de Milei está, aún, más lejos, y por lo tanto las acciones de cobertura no han ganado tantos adeptos.Seguimiento en WashingtonSi bien el FMI va a monitorear toda la secuencia antes descripta, en los hechos no hay lugar para recomendaciones al Gobierno. En Washington entienden que, a partir de la semana próxima, y con nuevo presidente electo, se pondrá en marcha un circuito de contactos para esbozar una línea de análisis conjunto del programa vigente. A la vez, y no menos importante, avanzará la investigación que realizará una oficina externa del FMI para analizar si el préstamo original de 2018 estuvo bien o mal asignado según los criterios que debía tomar el organismo.En el debate contra Javier Milei, el propio Massa dio algunas pistas sobre el futuro del acuerdo. “Necesitamos redefinir el acuerdo con el FMI, aumentar exportaciones y bajar impuestos. Vamos al superávit fiscal y comercial. Vamos a un régimen de acumulación de reservas que nos permita sacarlo de la Argentina”, señaló el ministro. En esa línea, ha declarado ya que, al margen de los superávits gemelos, será vital lograr la competitividad cambiaria y un régimen de acumulación de reservas para poder pagarle al organismo “y sacarlo definitivamente de la Argentina”.Así, una alternativa que comienza a ganar peso sería una negociación nueva para “recalibrar” todas las cláusulas del Extended Fund Facility (EFF), donde podría sumarse un elemento clave: la condición de un crecimiento en las exportaciones para poder pagar.Sin fecha para la revisiónPor otro lado, el FMI aún no fijó una fecha para la séptima revisión del programa de u$s44.000 millones. Esto fue informado hace algunos días por un portavoz de la entidad.La revisión del programa está prevista para noviembre y es un paso clave necesario para que el país alcance un acuerdo que, una vez firmado por la junta ejecutiva del Fondo, desencadenaría el pago del siguiente tramo de financiación. En esa línea, es probable que el propio FMI programe una revisión en las semanas posteriores al balotaje.Hace algunos días el Gobierno pagó u$s790 millones (el equivalente a SDR 600 millones, la unidad en que se expresan los Derechos Especiales de Giro - DEG) al Fondo Monetario Internacional (FMI) en concepto de los intereses que vencían. El pago se realizó en yuanes, provenientes de la ampliación del swap, que se aprobó hace pocos días por el equivalente a u$s6.500 millones (u$s1=7,31 yuanes), lo que ratifica el nuevo rol de China como prestamista de última instancia en el mundo. Se trata de un último desembolso antes de la próxima evaluación de metas al FMI. Como se dijo, de la revisión de noviembre depende el próximo desembolso de u$s3.300 millones del organismo.
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