7 de junio 2021 - 00:00

Ribeiro: incorporar al espectador a la ficción que ocurre en escena

La autora de "Brotherhood" señala que un segundo cierre de los teatros es una experiencia demasiado dura para sobrellevar.

Ribeiro. “Ni en las mejores épocas la actividad del artista fue sencilla”.

Ribeiro. “Ni en las mejores épocas la actividad del artista fue sencilla”.

“Me gusta la idea de que el espectador sea parte del artificio, que se encuentre con un escenario vacío, la luz de sala y dos personajes que le digan sin preámbulo lo que va a pasar. El público verá cómo autor y autora, la pareja protagónica, escriben una obra de amor, un amor que en su vida real se está desmoronando”, dice Anahí Ribeiro, autora de “Lo sutil del desamor”, que se ve en la plataforma del Teatro Nacional Cervantes, y que acaba de ser seleccionada para “La Mousson d´eté 2021”. un festival de lectura de obras en Francia. La obra tiene dirección de Paula Marull y actuaciones de María Marull, Héctor Díaz, Malena Figo y Romina Chape. Con los teatros cerrados, Ribeiro escribe para el soporte audiovisual mientras espera reestrenar “Brotherhood” cuando cesen las restricciones. Dialogamos con ella.

Periodista: Es una historia de ficción dentro de la ficción.

Anahí Ribeiro: Me gusta plantear las obras que escribo también desde el juego teatral. Como un lienzo en blanco, el espacio vacío tomará la forma que decidan y los personajes, que se corporizan, interpretarán todo aquello que ellos quieran que digan. Es entonces cuando el amor que construyen en la ficción contrasta con un amor agonizante que los autores han despedazado sutilmente. Los personajes dirán aquello que se les dicte hasta que descubren que tienen palabras y sentimientos propios, esos que quizás autor y autora no se animan a expresar. La obra habla del amor, y de cómo se desgrana a veces sin poder hacer nada, de los rastros que vamos dejando para que el otro los siga y encuentre el camino de vuelta.

P.: ¿Cómo se encara un segundo año de salas cerradas por tiempo indeterminado?

A.R.: Fue un golpe el nuevo cierre porque la mayoría estábamos con reestrenos o proyectos nuevos. En mi caso, estaba ultimando detalles para reestrenar dos obras. Un segundo año con tal nivel de incertidumbre es duro. La subsistencia del artista siempre fue complicada porque ni en las mejores época ha podido vivir completamente de su trabajo, salvo excepciones. La mayoría de la gente reactivó su actividad en otros formatos, o incursionó en otros rubros. Todos tuvimos que apelar a la creatividad para salir adelante. El ¨ser artista” no caduca, quizá hoy estemos en stand by pero vamos a volver cuando todo esto pase.

P.: ¿De qué modo se resiste sin resignarse a dejar de hacer teatro?

A.R.: Dar clases y la escritura fueron para mí dos sostenes muy importantes. “Lo sutil del desamor” surgió en pandemia, lo mismo que otros textos que tuvieron un destino concreto en radio y en la virtualidad. La conexión con lo creativo siempre es un salvavidas. Una forma de no desconectar del deseo.

P.: ¿Cuáles son sus autores favoritos?

A.R.: Mis clásicos los traigo conmigo desde la época de estudiante como Chéjov, Williams, Strindberg, Miller, y entre los contemporáneos nacionales, Mariela Asensio, Patricia Suárez y Gonzalo Demaría. El año pasado hice un taller sobre Shakespeare con Lautaro Vilo que me encantó.

P.: ¿En qué otros proyectos trabaja?

A.R.: Estoy escribiendo guiones de cortos y una serie. El guión es un formato en el que incursiono desde hace un tiempo, y que este parate teatral me ha dado la posibilidad de desarrollar. Cuando reabran las salas reestrenaré “Brotherhood”, y montaré un espectáculo que tengo en preproducción. El panorama de las salas independientes nos afecta a todos, no es sencillo. Un teatro que desaparece es un espacio menos para desarrollar nuestra profesión.

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