8 de febrero 2022 - 00:01

La rebelión de las marcas: demandan a criptoartistas

A diferencia de Campbell con Warhol en los 60, hoy empresas como Hermès y Nike querellan a quienes usaron sus logos en obras NFT.

diferencias. Andy Warhol fundó el arte pop, pero Mason Rothschild despertó la ira de Hermès.

diferencias. Andy Warhol fundó el arte pop, pero Mason Rothschild despertó la ira de Hermès.

En 1962, Andy Warhol se hizo famoso e hizo famosas las sopas Campbell en el mundo gracias a sus serigrafías que convirtieron a ese objeto en un ícono del arte pop. Lejos de fastidiarse por ello, la compañía Campbell se mostró encantada: no sólo obtenía una publicidad impensada sino que, además, tradicionalmente era sponsor de algunos hechos de la cultura popular en los Estados Unidos. No es lo mismo que está ocurriendo ahora con las marcas cuyos logos vienen siendo utilizados, sin permiso, por los artistas del criptoarte: claro, hay muchos millones de dólares en juego y una práctica que, para la mayoría, continúa siendo oscura, difícil de entender, y sospechosa.

Los objetos digitales que incluyen un registro de autenticidad (NFT) se han convertido en un tema de debate en el mundo del arte y las grandes marcas quieren controlar sus derechos de imagen en internet. La multinacional Nike presentó el pasado jueves una demanda en Nueva York contra la plataforma StockX, que había creado fichas NFT (tokens no fungibles, como se denomina al criptoarte). El mes pasado fue la marca de lujo Hermès la que interpuso en Nueva York una demanda contra el artista Mason Rothschild, que vendió en subasta 100 “MetaBirkins”, es decir, reproducciones digitales de un bolso de la marca, registradas con NFT.

El caso Hermès es complejo, puesto que se produce en Estados Unidos, donde la creación artística es protegida por la primera enmienda a la Constitución, que estipula la libertad de expresión, dijo Annabelle Gauberti, del gabinete Crefovi en París. Gauberti recuerda un caso que aconteció hace una década, cuando la marca Louis Vuitton perdió una demanda contra un artista holandés que incluyó uno de sus bolsos en una foto con un refugiado de Darfur. En los tribunales estadounidenses y británicos “el argumento del uso artístico de una marca acostumbra a funcionar bien”, añade Gauberti.

Pero en el caso de Mason Rothschild esa defensa podría verse seriamente afectada por el hecho de que el artista ganó decenas de miles de dólares con esos bolsos destinados al metaverso. “Su equipo jurídico tendrá que emplearse a fondo”, advirtió esta abogada. En el caso de Nike, es un asunto directamente comercial, ya que StockX nunca pretendió que sus NFT fueran obras de arte. “Está por ver hasta dónde llega la protección del derecho intelectual en el mundo digital, así como las soluciones que se pueden encontrar”, explicó Gauberti. En una respuesta a Hermès que publicó en Twitter, Rothschild comparó sus “MetaBirkins” con la mencionada pintura de Andy Warhol de las sopas Campbell. “El hecho de que yo venda arte mediante NFT no cambia el hecho de que se trata de arte”, indicó.

Sin embargo, para algunos especialistas en propiedad intelectual, como Edward Lee, no sólo los tiempos son distintos sino también los casos. En un artículo publicado en Bloomberg Law, Lee afirmó que la marca Campbell no tenía previsto introducirse en el mundo del arte. Mientras que Hermès sí podría estar interesada en vender artículos digitales, mediante sus propios NFT, como ahora lo hacen marcas que van desde Coca Cola a Gucci.

Hermès exige a Mason Rothschild que destruya sus “MetaBirkins”, que la plataforma de criptoarte OpenSea aceptó retirar de la venta. Pero los problemas legales no se acaban ahí, puesto que las personas que ya pagaron miles de dólares por uno de esos bolsos digitales, ¿podrán venderlos luego? “En términos de derecho, es el salvaje oeste”, resume Gauberti.

La única solución es que las marcas creen sus propios NFT. Eso fue lo que hizo Nike al comprar la empresa RTFKT, especializada en la concepción de zapatillas de deporte virtuales, en diciembre pasado. “Pero por el momento esas marcas aún dudan, porque lo esencial de su actividad siguen siendo los productos materiales, y esperan a ver si el metaverso arrancará”, concluyó Gauberti.

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Dudas

Una imagen de una persona pixelada generada por computadora se vendió por unos 50,6 millones de dólares en criptodivisas el 12 de enero en un nuevo mercado online de NFT. Cinco minutos más tarde, el mismo NFT “Meebit” -un personaje virtual vestido con pantalones cortos rojos y zapatillas verdes- fue vendido de nuevo por el comprador al vendedor original por unos 49,6 millones de dólares.

El Meebit se intercambió entre dos carteras (o “monederos”) de criptodivisas, que son anónimas. Aunque la tecnología de cadenas de bloque (blockchain) subyacente crea un registro público cuando se vende una NFT, no incluye los nombres de los implicados. Una persona puede poseer varias carteras, actuando como comprador y vendedor en una transacción.

El personaje digital estaba entre las decenas de NFT que se vendieron de ida y vuelta entre un pequeño número de carteras en rápida sucesión por precios inusualmente altos en el mercado de LooksRare.

Desde el 11 de enero, otro NFT de Meebit -éste con un atuendo deportivo y una cola de caballo- se ha pasado entre tres carteras en más de 100 ventas, la mayoría en el rango de 3 a 15 millones de dólares. La actividad ha ayudado a LooksRare a generar al menos 10.800 millones de dólares en volumen de transacciones desde su lanzamiento a principios de enero, según los datos proporcionados por el rastreador de mercado DappRadar.

Las 27 ventas más caras registradas en todo el sector de las NFT en enero, con un total de 1.300 millones de dólares, procedieron de sólo dos carteras que realizaban transacciones en LooksRare, mientras que las 100 ventas más importantes, con un valor de 2.300 millones de dólares, procedieron de 16 carteras.

DappRadar y CryptoSlam, otro proveedor de datos que informó de volúmenes inflados artificialmente en LooksRare, dijeron que las operaciones podrían estar vinculadas a la estructura de recompensa de la plataforma.

LooksRare se describe a sí misma como “el primer mercado comunitario de NFT con recompensas por participar”, en referencia a su sistema de premios que incluye la adjudicación de tokens a los operadores en función de la proporción de los volúmenes diarios de ventas.

La actividad ofrece una ventana a la naturaleza nebulosa y especulativa del sector de las NFT, que atrajo un volumen de ventas de 25.000 millones de dólares en 2021. El rumor en torno a este nuevo mercado se ha visto impulsado por objetos de colección de arte como CryptoPunks y Bored Apes, retratos generados algorítmicamente que pueden venderse por millones de dólares. Estos objetos han ganado adeptos entre famosos como Paris Hilton y el presentador de televisión Jimmy Fallon, que recientemente mostraron sus Bored Apes.

John Egan, director general de L’Atelier, una filial independiente de BNP Paribas que investiga las nuevas tecnologías, calificó las transacciones de LooksRare de “operaciones de lavado” que estarían prohibidas en mercados tradicionales como el de la renta variable o la deuda, porque dan una falsa impresión de demanda de un activo. Sin embargo, esas transacciones no son ilegales en esta industria naciente porque no hay normas equivalentes que regulen las NFT, dijeron dos expertos legales en criptografía.

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