28 de septiembre 2007 - 00:00
Bali prueba la fértil unión arte-tecnología
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«El Acuario Electrónico» es una hipnótica instalación de la
talentosa coreógrafa Margarita Bali, sinónimo de videodanza
en nuestro país y en el exterior.
*En el Espacio Fundación Telefónica (Arenales 1540) se inauguró «Op-Era : El Cuerpo como Interfase» proyecto que pertenece a las artistas brasileñas Daniela Katschat y Rejane Cantón. La primera, doctora en Artes de la Escuela de Comunicación y Artes de la Universidad de San Pablo graduada en 2002, investiga relaciones cuerpo/espacio y sistemas digitales, sistemas adaptativos y basados en comportamientos.
La segunda, obtuvo su Doctorado y Maestría en la Pontificia Universidad de San Pablo; se especializa en ingeniería de sistemas de realidad virtual, instalaciones interactivas con dispositivos de adquisición y manipulación de datos en áreas sensorizadas y automatizadas.
La exhibición incluye tres instalaciones interactivas que las artistas desarrollan en conjunto desde 1999. «Op-Era: Sonic Dimension» (2005) está diseñada como un instrumento musical. Un cubo negro abierto en uno de sus lados con tres paredes donde se proyectan las líneas que simulan las cuerdas de un violín. Cuando se las toca, vibran y producen sonidos que varían según la posición de cada cuerda y la intensidad de la voz del participante.
«Op-Era: Haptic Wall» (2004) es un muro revestido de látex natural que produce estímulos táctiles a partir de datos sonoros captados por un conjunto de micrófonos. «Op-Era: Sonic Interface» (2006) está diseñada como una escultura sonora tridimensional. A la manera de los « Penetrables» de Jesús Rafael Soto, entre más de un centenar de tubos transparentes se encuentran alojados pequeños altoparlantes que reproducen los sonidos captados a través de una serie de micrófonos. Estos están distribuidos hacia los 4 puntos cardinales y a diferentes alturas por lo que los sonidos se pueden oír según la disposición zonal.
Más allá de las especificidades de carácter tecnológico así como cierta terminología que exceden la comprensión del visitante no especializado, estas instalaciones audio-táctilvisuales son verdaderamente estimulantes. La conjunción de conceptos científicos y lo sensible provoca una experiencia cognitiva innovadora que revela, como en el caso de las dos muestras comentadas, que la relación entre lo tecnológico y el arte es enriquecedora. Hasta el 16 de diciembre.
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