“La pandemia del coronavirus ha precipitado unos cinco años el estado de cosas en el negocio del cine” dice a este diario Daniel Maron, director de Ultracine, empresa de consolidación de datos sobre la exhibición cinematográfica en el país, y una de las voces más autorizadas del sector. Maron también organiza la convención internacional Vista, que reúne a los exhibidores de América Latina, y que este año podría postergarse por primera vez. Sobre ese estado y algunas cosas más, como el inminente regreso de los autocines, dialogamos con él.
Pandemia, salas cerradas, y el pronto regreso de los autocines
Según el empresario y analista, el coronavirus precipitó cinco años una tendencia que ya era evidente: el predominio excluyente de la superproducción en salas, y el exilio del cine-arte a las plataformas.
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Daniel Maron. “El cine será lo último que reabrirá, y con restricciones”.
Periodista: De modo que este virus sólo apuró la crisis.
Daniel Maron: Se venía viendo, y no sólo en la Argentina; mundialmente había una retracción en la que sólo funcionaban las películas de gran producción, acompañadas de merchandising. El 2019 fue un mal año para el cine nacional, por ejemplo; no llegamos a 5 películas que superaran los 75.000 espectadores. Eso da la pauta de la tendencia. Hubo una concentración en un estilo de películas. Las de superhéroes fueron como en otros tiempos los westerns, o las de artes marciales, o las bélicas en los años 50.
P.: ¿No hay un componente adicional? La salida en grupo de los adolescentes, por ejemplo, que no es lo mismo que “ir al cine” como antes.
D. M.: Cuando una película mete más de 4 millones de espectadores ya no es sólo de adolescentes. Esas películas tienen la característica de que el fan no va sólo una vez: repite con los amigos, con el hermano, con los padres. Yo no creo que hayan ido seis millones de personas-individuos a ver “Toy Story”.
P.: El matrimonio de mediana edad, el que iba a ver la película dramática francesa, o italiana...
D.M.: Después de la caída del meteorito se extinguió.
P.: Sí, ya se quedaba en casa antes de todo esto. Pero ese tipo de cine tampoco lo encuentra en Netflix.
D.M.: Yo hablé de plataformas en general, y las hay de cine arte. Por ejemplo, hay una europea que programa una película diaria y tienen unas 30 al mes, que pueden verse durante todo ese mes. Pero hay que considerar que, fuera de las plataformas, tampoco se ve ese cine desde hace tiempo. Películas como “La grande bellezza” son excepciones. O la coreana “Parásitos”, ayudada por dos Oscar, ¿cuántas más puede haber así? Además, estuvo muy poco tiempo sólo en cines antes de ir a plataformas.
P.: La “ventana” [tiempo que media entre la explotación en salas y su paso a plataformas, como antes era al DVD] cada vez se achica más.
D. M.: Eso es lo que está en riesgo. La batalla entre distribuidor y exhibidor también se precipitó con la pandemia. Paramount estrenó películas en plataformas sin pasar por el cine. Y no cine arte sino “Scooby Doo”, porque no puede esperar a que termine la pandemia. ¿Y cuándo se termina esto?
P.: Eso, ¿cuándo se termina?
D. M.: El cine va a ser lo último que reabrirá, y con condiciones. Butaca de por medio para grupo familiar, fila de por medio, con lo cual las salas van a abrir a un 20% de su capacidad. ¿Qué distribuidor querrá estrenar en esas condiciones? Gente de los Estados Unidos me dice que allá los cines abrirían en julio. Es muy precoz, se va a estrenar con poca capacidad de sala.
P.: ¿Hay soluciones complementarias en prueba?
D. M.: Sí, los autocines.
P.: ¿También acá, como en los años 60 y 70?
D. M.: Sí. Acá las empresas que instalan cines hoy están dando todas las facilidades. Antes daban unos parlantitos para escuchar la película dentro del auto, ahora se usará frecuencia modulada para escuchar desde el equipo de audio del auto. Pero existe un problema que en los 60 y 70 era impensable, la piratería. Hoy hasta de una casa cercana al autocine pueden tomar el audio si va en FM. Por eso se probará también el bluetooth y una app para escuchar la película en el celular. También se discute si la entrada incluirá servicios de restaurante, es decir, algo más elaborado que el popcorn y la gaseosa. No es sencillo. Se necesitan espacios, autorizaciones, y el INCAA ni se expidió sobre el tema. Ahora, el autocine no es una solución, es un paliativo. ¿Cuántas funciones puede hacer de noche? Dos, como mucho, en los 20 autocines que se abran en todo el país. Pero seamos positivos: un empresario que abre un autocine en algún lugar del país, donde toda la actividad está paralizada, quizá tenga mucho éxito. Es una atracción, que puede volver a convivir con la forma tradicional una vez pasada la pandemia.
P.: Siempre para el género del que hablábamos antes.
D. M.: Seguro. El cine arte encontró un nicho más importante en una plataforma que en la sala de cine. Al exhibidor tampoco le interesan las películas de cine arte, salvo alguna rara excepción. No atraen al público ni sirven para el consumo de candy. Si antes de esta situación costaba programar las películas “de autor”, ahora se acentuará. Pero, con la falta de contenidos que tienen las plataformas, porque tampoco se está filmando nada en este momento, sería interesante ubicar esas películas que el gran público no ve, como una opción de acción comercial. No sé si será lo ideal, pero para el cine-arte lo mejor será figurar en esas plataformas que seguir esperando una ventanita en el cine.
P.: Y ahora se quiere gravar las plataformas. Al INCAA lo están presionando los documentalistas y otras asociaciones.
D.M.: Lo que se necesita es menos impuestos, no más.
P.: Vista se realiza habitualmente en noviembre. ¿Qué pasará este año?
D.M.: Seguramente se postergue. Aunque el coronavirus habilite que haya actividad a fines de año, no tenemos tiempo para elaborar un evento como éste en dos meses. Para empezar a prepararlo yo tengo que hablar con todos los exhibidores que en estos momentos, antes que ir a una feria, están pensando en cómo sobrevivir. La industria no está en condiciones de que la comprometamos a nada. Tampoco se puede realizar por streaming una convención de cine en salas, sería una contradicción. En Vista, por ejemplo, se presentan los últimos modelos de butacas para 4D, o de pochocleras. ¿Cómo vamos a mostrar una pochoclera en streaming? Hace falta ver en vivo cómo estalla el maíz, oler el aroma del pochoclo. La ansiedad no sirve: ahí tenemos el caso de Expocine, la convención similar en Brasil y que confirmó que se hará en octubre. ¿Quién puede saber cómo estará Brasil en octubre, y con las políticas sanitarias de Bolsonaro?
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