Ganadora de un Oso de Plata del Festival de Berlin, más todo un catalogo de trofeos de festivales por media Europa, este drama de la mala vida que llevan los descastados alemanes de descendencia turca es en parte interesante y original, y por otro lado no deja de ser convencional en su premisa argumental y en las escenas que fuerzan un tono contemporáneo a un tema viejo y conocido por los fans de Fassbinder y su deprimente clásico «La angustia corroe el alma». El primer acto se parece demasiado a la típica comedia sobre inmigrantes «transculturalizados» que deben simular un matrimonio como fachada de un estilo de vida más disipado. En este caso la presión de una familia turca tradicional hacia su hija provocan intentos de suicidio que ubican a la protagonista en un centro de salud mental junto con un desquiciado que acaba de estrellarse con su auto directo contra un muro.
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Lo inverosimil de las películas «como la vida misma» es aceptar premisas argumentales que incluyan un matrimonio tan absurdo como el de la pareja estelar: se desean, pero no consuman su matrimonio porqueentonces serian marido y mujer, lo que deriva en una serie de sucesos deprimentes con intermitentes flashes de humor negro.
La doble moral de los turcos conservadores ayuda a explotar ese humor en una película que comienza con dos intentos de suicidio, y luego va adquiriendoun tono más y más oscuro. Los puntos fuertes de «Contra la pared» son las buenas actuaciones, el tono verosimil de muchas escenas, la música y la gran capacidad del director por mostrar minuciosamente pequeños resortes extraños del comportamiento humano, incluyendo la hermosa historia de amor que surge hacia la segunda mitad del film.
Los puntos flojos son el ritmo moroso, lo exagerado de los momentos de mayor intensidad étnica -por decirlo de algun modo- y la sordidez redundante, además de la incapacidad total del guión por volver verosímil o justificada la decisión original del suicida de casarse sin amor ni compensacion de ningun tipo, sólo por una buena causa. Los niveles de sexo y violencia son sorprendentemente altos y ayudan a matizar las tipicas escenas de cine de arte de personajes que miran en silencio el horizonte.
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