“Me cuesta pensar a Omar Chabán como un asesino, sí como responsable. No podés cerrar con candado una puerta que dice "Salida". No podes hacer entrar más gente de la que corresponde a un lugar”, dice Gustavo Moscona, autor y director de “Cromañón, nos pasó a todos”, declarada de interés cultural por la Legislatura Porteña, que va por su cuarta temporada y cuenta con 20 actores en escena. Ofrecerá dos funciones el próximo sábado y el 13, en El Sabato Espacio Cultural, Uriburu 763.
A veinte años de la tragedia-masacre de Cromañón, la obra vuelve a plantear interrogantes sobre el modo en que la sociedad recuerda, procesa y resignifica uno de los hechos más dolorosos de su historia reciente. La obra explora una forma de teatro documental que interroga la experiencia colectiva y construye un recorrido no lineal, a través de fragmentos que revelan momentos de vida atravesados por el impacto de Cromañón. Actúan Silvina Arditi, Alejo Tofé, Alicia Mendoza, Ana Mancini, Camila Berguier, Carla Ricca, Catalina Albanese, Coco Gómez, Gabriel Crespo, Gerardo Centurión, Gustavo Leiva, Jazmín Duarte, Julieta Robino, Pablo Olarticochea, Tomás Romano, Valentino Curcio y Zalo Maidana. Conversamos con Moscona.
Periodista: A veinte años de la tragedia de Cromañón, ¿cuáles son esos interrogantes sobre el modo en que la sociedad recuerda, procesa y resignifica este hecho?
Gustavo Moscona: Pensar Cromañón es pensar lo que nos ha pasado como sociedad. No se trata solo de pensar lo ocurrido sino también de pensarnos dentro de esa tragedia , dentro de esa masacre. En ese sentido nuestro trabajo de memoria nos obliga hasta hoy a advertir sobre avisos de incendio que siguen estando presentes entre nosotros. La memoria sirve para no olvidar, para que no vuelva a suceder. Pero también nos ayuda a construir sospechas sobre la utilización política del dolor. Pensar Cromañón nos da la posibilidad de participar de un debate permanente sobre la Argentina reciente que para nada está cerrado
P.: ¿Cómo abordan desde el teatro documental esa la experiencia colectiva, como es la puesta?
G.M.: La obra construye un recorrido no lineal, articulado a través de fragmentos que revelan momentos de vida atravesados por el impacto de Cromañón. Se trata de una una multiplicidad de historias que en el grupo que lo realiza cobra un sentido colectivo dentro del cual se recuperan rostros, voces, anécdotas, sueños de quienes ya no están y sin embargo siguen vivos en la memoria de quienes los recuerdan. La puesta tiene como definición que haya una frontera diluida entre espectadores, actores, actrices y músicos. No hay escenario. Comparten durante 45 minutos el mismo espacio. Cromañón nos pasó a todos.
P.: ¿Qué respuesta del público obtienen?
G.M.: Nadie sale indiferente, Y por suerte eso nunca nos ha pasado. Hay gente joven que se acerca y te dice " Yo no lo viví pero me podría haber pasado tranquilamente" Otros recuerdan qué estaban haciendo en ese momento. Por ejemplo, la gente trabajaba en salud y nos contaba la llegada de los chicos en las ambulancias al hospital. También tuvimos sobrevivientes y familiares que venían con la idea de escracharnos y se nos acercaron para decir que se trataba de una propuesta muy respetuosa y que tranquilamente quienes realizan la puesta podrían haber sido amigos de ellos o de sus hijos.
P.: ¿Cómo te documentaste para la obra? Conociste a Chabán? ¿Qué podés decir?
G.M.: Con diarios , revistas , libros , videos , series, testimonios de entrevistas que abordan el tema. Cada año renovamos las fuentes. De hecho, el año pasado con el tema de que se cumplían 20 años apareció la serie, el documental en Neflix y en Caras y Caretas apareció un número especial sobre el tema.
P.: ¿Qué podés decir de Omar Chabán?
G.M.: Fui en muchas oportunidades a Cemento y ahí lo ví en persona. No fui amigo, ni conocido de él. Era un personaje público.Su figura era emblemática. Se trataba de un referente de la contracultura en los años 80 y 90. Quizás una anécdota ayuda a ilustrar un poco su personalidad. Una vez fui a Cemento a ver una banda horrible que se llamaba La Mancha de Rolando. La cuestión es que en un intervalo del recital vi a Chabán parado arriba de la barra ofreciendo a los gritos "coca y pancho todo por dos pesos" decía. Recuerdo que lo miré y le dije "Hace falta esto Omar" y se rió. Me cuesta pensarlo como a un asesino, sí como responsable. No podes cerrar con candado una puerta que dice "Salida". No podes hacer entrar más gente de la que corresponde a un lugar.
P.: ¿Cómo ves la cultura y el teatro?
G.M.: La cultura y el teatro estan hoy en un contexto de crisisAl gobierno actual no le interesa tener una política de estado para la cultura, sin embargo, es notable cómo a pesar de tantas dificultades hay un montón de gente brillante haciendo cosas hermosas en un montón de lugares. Hay una resistencia activa desde la cultura, en todas sus formas, que no se resigna . Debo confesar que estoy muy orgulloso de formar parte de ese colectivo que hace teatro y cultura.
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