9 de enero 2007 - 00:00
De Niro: "Un buen espía es un romántico incurable"
-
Rating: cuánto midió el regreso de Gran Hermano a la televisión
-
Así fue la presentación de Nathy Peluso en The Tonight Show de Jimmy Fallon
Milton Bearden, agente clandestino de la CIA durante 30 años, fue el asesor técnico de De Niro. Fue el propio Bearden quien le presentó a los ex miembros de la KGB.
Bearden conoció a De Niro a través de Richard Holbrooke, ex embajador de las Naciones Unidas. «Todo parecía un film de espionaje», dijo luego De Niro. « Estábamos en un restaurante con Holbrooke cuando le hablé de mi intención de hacer esta película. Miró hacia los costados, y escribió el número de teléfono de Bearden en una servilleta de papel», recordó.
El ex agente estuvo al frente de las divisiones secretas de la CIA en Europa Oriental poco antes de la caída del comunismo. El ex agente, al recordar aquellas reuniones de Moscú, evocó: «Parecían un capítulo soviético de 'Los Soprano'. Aquellos tipos nunca dejaron de vestir sombreros típicos, y la mayor parte tenía tanques de guerra rusos tatuados en los hombros. Una vez fijamos como lugar de encuentro un viejo estadio de box. Al llegar, uno de ellos se trepó al ring y desafió a De Niro a un par de rounds. Después nos enteramos de que era fanático de 'El toro salvaje', y quería darse el gusto de boxear con él».
Bearden reveló algunos episodios del pasado que parecen más fantasías del cine que realidad. Por caso, dijo que muchos agentes encubiertos de la CIA trabajaban estrechamente con Hollywood en cuestiones de vestuario y maquillaje. «Más de una vez», dijo «cuando un agente nuestro era seguido por otro de la KGB, la escapatoria era el disfraz. No era raro que, en esos casos, se escondiera en el baño de algún restaurante, se cambiara rápidamente de ropa y se maquillara, y reapareciera vestido como un patriarca cosaco, con barba y todo, para despistar al perseguidor y perderse entre la multitud».
Una de las definiciones más sorprendentes de De Niro, luego de sus largos meses de investigación y convivencia con los ex miembros secretos, fue ésta: «Para ser un buen agente de la CIA una persona tiene que ser un incurable romántico». Cuando Bearden se enroló en la agencia en 1964, la CIA estaba atravesando su peor momento público luego de la crisis de Bahía de los Cochinos. «Mi misión más importante», recordó Bearden «no era tanto operativa sino de conciencia: convencerme internamente de que ninguna crisis podía barrer con mi idealismo».
Edward Wilson, el personaje protagónico del film que protagonizó Matt Damon, es una mezcla de diferentes ex agentes. en especial el líder de contrainteligencia James J. Angleton; Frank Wisner, un hombre clave en Irán, y Tracy Barnes, que contribuyó a organizar la invasión a Bahía de los Cochinos. De todos ellos, Angleton fue el más extremo, el más paranoico: estaba convencido de que la CIA llegó a estar, en un momento, inmanejablemente infiltrada por dobles agentes de la KGB. «Hasta suponía que el ex director William Colby trabajaba para los soviéticos», señaló. «Mantener la cordura en determinados puestos estratégicos es una labor extremadamente difícil».
Dejá tu comentario