13 de junio 2002 - 00:00

Desparramo hormonal sólo para barras adolescentes

Escena del film
Escena del film
«40 días y 40 noches» («40 Days and 40 Nights», EE.UU., 2002; habl. en inglés). Dir.: M. Lehmann. Int.: J. Hartnett, S. Sossamon, V. Shaw y otros.


"40 días y 40 noches" es otra comedia hormonal para adolescentes calenturientos, sin la gracia de la primera «American Pie» y a años luz de la pionera del género, «Porky's» en los años '80.

El cuentito es más o menos así: a Matt lo dejó su novia y, desde entonces, cada vez que hace el amor cree que el techo se derrumba. Entonces, decide someterse a un régimen de abstinencia sexual, coincidente con la Cuaresma, que durará lo que el título del film. Jamás se sabe qué se propone con ello: si curarse las alucinaciones, si autocastigarse por la ruptura, si purificarse o qué. Simplemente, así lo pide el guión y hay que hacerlo.

Sin que Matt lo sepa al principio, sus amigos levantan una apuesta sobre cuánto tiempo podrá mantener su voto de castidad, concurso que encuentra entre las mujeres a las más fervorosas apostadoras, ya que ellas pueden recurrir a sus encantos para ganarse el pozo.

Antes de la mitad del film el espectador ya sabe que la ex novia es una pelandusca por la que no valía la pena ningún sacrificio, al contrario de la muchacha buena y sincera que aparece en su vida, y que no entiende el porqué de su obstinación monacal (no le explicaron que la necesitaba el guionista). Lo único que llama la atención de este film es que en el país líder en la campaña por la Nueva Virginidad y que convirtió al episodio Lewinsky en una cuestión de Estado, la visión que se tiene de San Francisco es que todos sus hombres parecen desayunarse con Viagra, que no piensan y hacen más que eso, y que sus mujeres no pueden liberarse de una epidemia de fiebre uterina (y eso que el libro sólo se ocupa de la población straight).

Para el público general, dos o tres momentos más o menos graciosos no justifican la visión de esta película, sólo recomendada para barras de adolescentes que no suelen reparar demasiado en sutilezas críticas.

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