El Fondo Nacional de las Artes presenta hasta mediados de junio la exhibición “Resoluciones. Fondo Nacional de las Artes 1958–1962”. Curada por el historiador Roberto Amigo, la muestra explora los orígenes y la identidad de una institución que, a partir de “una idea extraordinaria”, utiliza los recursos del Derecho público pagante para potenciar el papel benefactor del Estado y, de este modo, financiar el respaldo a una cultura federal.
El Fondo Nacional de las Artes visibiliza una parte de su historia
La exposición "Resoluciones - 1958-1962" explora los orígenes y la identidad de una institución que utiliza los recursos del Derecho público pagante para potenciar el papel benefactor del Estado en la cultura
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"Figura", de Lino Enea Spilimbergo, perteneciente a la colección del FNA
Las palabras de los artistas Norman Brisky, Julio Le Parc, Luis Felipe Noé, el pianista Bruno Gelber y Adolfo Pérez Esquivel, abren la exposición. Sus testimonios, grabados para la ocasión por el propio Fondo de las Artes, rinden cuenta de la importancia de esta ayuda para afianzar sus trayectorias, recorrer el Norte argentino con sus obras o llegar a hasta París, como Le Parc y Noé. El audiovisual se destaca en una muestra de archivo donde prevalece el rigor visual de los documentos y las páginas mecanografiadas y guardadas en fundas de plástico para su preservación.
Cada página tiene su encanto, cada Resolución cuenta una historia. Allí está la de Alejandra Pizarnik, que pudo realizar un viaje de formación. Acaso para romper con la austeridad de los folios, las cartelas, como un dibujo, están manuscritas con lápiz sobre la pared. Durante una visita guiada, Roberto Amigo señala que el número de artistas presentes es escaso, teniendo en cuenta que fueron numerosas durante esos cinco años las becas de formación y de perfeccionamiento, los subsidios, aportes para armado de talleres y la compra de materiales o instrumentos musicales, como los solicitados por Los Huanca Huá, Mariano Mores, Leda Valladares o María Elena Walsh.
Con un préstamo de la institución, Javier Villafañe compró “La Andariega”, el carromato que recorrió la Argentina y varios países de América presentando un teatro de títeres, mientras el programa de Fomento del Libro, entregaba préstamos para investigaciones, como los otorgados a Oscar Masotta y Rodolfo Kusch, autor de “La seducción de la barbarie”.
Durante su investigación, el curador descubrió cuestiones pintorescas. El pedido de apoyo a Marta Minujín está firmado por sus padres, porque ella era menor de edad. Gyula Kosice, pidió un préstamo para viajar y dejó varias obras como garantía de pago, pero volvió a pedir otro préstamo desde el extranjero, porque se quedó sin dinero para emprender el regreso. En los archivos del Teatro Colón figuran las ayudas a los cantantes líricos que se perfeccionaron en Europa, como Víctor de Narké.
El cine fue una disciplina apoyada por el Fondo. La exposición testimonia la recuperación patrimonial, el apoyo al cine experimental y a figuras como Mario Sábato. “Se trata de una muestra documental que, sin embargo, no habla sobre el pasado sino que se propone como un archivo vivo: el despliegue de una investigación preliminar para que otros profundicen acerca del papel del Fondo en el desarrollo de la cultura argentina”, explicó Amigo.
En la sala se exhibe una gigantografía del Boletín de FNA donde anuncian la primera compra de una obra de arte, “Idilio criollo” de Jean León Pallière, para el Museo Nacional de Bellas Artes. En el período que recorre la muestra, la institución intervino activamente en el mercado del arte. Y como felices ejemplos se exhibe un bello retrato de Spilimbergo y otro, al lápiz de Gómez Cornet. El Fondo creó su propia colección, pero la mayoría de las adquisiciones tenía como destino los museos provinciales.
Amigo señala: “No hay museo provincial que no haya recibido o solicitado, fondos para la adquisición de obras”. En ese mismo Boletín de 1958 se lee el nombre del presidente, Juan Carlos Pinasco y del Directorio del organismo, integrado, entre otros, por Héctor Basaldúa, Juan José Castro, Delia Garcés, Victoria Ocampo y Julio Payró. En las vitrinas están los programas y publicaciones, y si bien en esos años no existía el término “industrias culturales”, la idea de propiciar un mercado y presentar libros de los artistas en las bibliotecas, revela las gestiones de la institución en ese mismo sentido.
Mirado en retrospectiva, el material que por primera vez se despliega en la sede de la calle Rufino de Elizalde, trasciende la historia de la institución, trae al presente el impulso de la política desarrollista de Arturo Frondizi y la herencia que con orgullo se defiende hoy en el campo cultural de la Argentina. "Resoluciones…" es el resultado de una investigación realizada en el archivo del FNA y en otros fondos documentales como la Biblioteca Nacional “Mariano Moreno”, el Centro Cultural de la Cooperación, Intermitencia Diseño Mendocino, el Museo Magda Frank, el Teatro Colón y la Universidad Torcuato Di Tella.
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