“El teatro independiente seguirá vivo siendo menos in y más dependiente de la pasión de quienes lo practicamos”, dice Enrique Federman, actor, autor y director que bajo la supervisión en dramaturgia de Mauricio Kartun estrena “Tácito imperfecto”, el viernes 2 de marzo a las 22.30 en Beckett Teatro.
Federman: "Producir teatro es como meter un deseo en una botella"
Enrique Federman escribió bajo la supervisión en dramaturgia de Mauricio Kartun y estrena “Tácito imperfecto”, el viernes 2 de marzo en Beckett Teatro.
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Un fracaso que hace reír, una paradoja y una mirada distinta de aquel antiguo oficio de clown con el que se destacó en sus inicios combinado aquí con el absurdo escénico que es ya un sello en sus creaciones. Se trata de una una conferencia sobre el tiempo, que teje historias y citas apócrifas, animado a pura “clownidad”. Conversamos con Federman.
Periodista: ¿Cuál fue el puntapie para encarar la escritura?
Enrique Federman: Comencé a escribir dejando de lado por un tiempo el gusto y el oficio de lo teatral y me dedique por puro placer a intentar otras formas; produje cuentos, poesías y en particular algo que tuviera que ver con el formato de ensayo, apócrifo en este caso. Una vez reunidos todos se los envié a Mauricio Kartun con el cual me une una amistad de tiempo y con quién habíamos compartido otros proyectos como “Perras” y “No me dejes así”.
P.: ¿Qué le atrajo del dispositivo de la conferencia?
E.F.: La conferencia se lleva a cabo en una peluquería de barrio, de mujeres que, a priori no es el espacio más indicado, sino que es "el que consigue".
P.: Lo sitúa en un ámbito paradójico y se discurre sobre el tiempo, ¿qué preguntas hace la obra y qué temas aborda?
E.F.: El planteo que se repite tiene que ver con el tiempo, cómo temática, pero lo que se destaca es lo paradojal de todo, cómo por esa contradicción se filtra lo capcioso que, además, está atravesado por lo que yo llamo "clownidad", aquellas cosas que practicaba en tiempos mozos pero produciendo una relectura y generando un disparate que tiene formato de cosa seria y, de entre tanto, se produce la contradicción de si no es importante lo que el conferencista reflexiona. Otra paradoja.
P.: ¿Cómo juega lo clownesco en todo esto? Da la sensación que buscó profundidad a un arte como el clown que erróneamente se asocia al gag, a lo payasesco, al mero arte de hacer reír, a ese reflejo catártico que acaso no lleve a la reflexión.
E.F.: Al decir de Kartun cuando toda esta inmediatez de lo visual y pantallas termine de saturar, el teatro y el clown continuará vivo cómo lugar de encuentro, reflexión, poesía y diversión.
P.: ¿Cómo es hoy llevar a escena una obra desde el aspecto de la producción y en este contexto incierto? ¿Qué cree que ocurrirá con el teatro independiente?
E.F.: Producir hoy es muy dificultoso ya que no existen los parámetros de antaño para referenciar, se trata de meter el mensaje en la botella y esperar que lo de adentro de convierta en genio y cumpla los deseos. El teatro seguirá siendo dependiente, mas que "in" de la pasión de quienes lo practicamos.
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