11 de diciembre 2003 - 00:00

Fenómeno "Resistiré" tuvo audiencia récord

Charly García
Charly García
E l final de «Resistiré», anteanoche, logró que la telenovela, como género masivo (e incluyendo a público que no la consume habitualmente) regresara a niveles de audiencia que no se obtenían desde hace más de una década, en los años de «Grande Pa» y «Amigos son los amigos». El último capítulo midió 41.9 puntos de rating, con picos de 46.4, pero además se transformó también en una fiesta pública en la avenida Corrientes.

Charly García, Fito Páez, China Zorrilla y Claudia Maradona fueron algunos de los 3200 fanáticos que concurrieron al Gran Rex, donde se proyectó el desenlace de la tira de «Telefé» simultáneamente y en pantalla gigante. También actuaron Kevin Johansen y «AQM», se estrenó el videoclip de Charly García «Asesíname», donde se ven fragmentos de la novela, y la totalidad del elenco apareció al final para delirio de los asistentes. Las entradas, que repartió el canal gratuitamente, se agotaron en pocas horas. En «Telefé» dicen que se recibieron 20 mil llamados y en los últimos días estuvieron insistiendo en que no se asistiera al teatro sin pase.

La conducción estuvo a cargo del omnipresente Marley, que presentó resúmenes previos y se paseó entre los actores ubicados en un living haciendo preguntas obvias. Lo más ocurrente fue cuando Fabián Vena le dijo «Mejor que a Marley no le inyecten la vacuna de la vida infinita»- dato crucial de la novela-«tendríamos 150 años de Marley, ¿se imaginan?». También fue confuso el comportamiento de Claudio Villarruel, gerente artístico de Telefé, a quien en todo momento se lo vio ansioso por figurar, pero cuando lo llevaron «a la fuerza» al escenario se hacía el distraido. Igual no duró mucho su primera aparición pues pocos lo aplaudieron, así que terminó escabulléndose.

Indudablemente «Resistiré» se convirtió en un buen producto de marketing y se afianzó hacia el final. Durante el año lanzaron la página de Internet, el disco y el merchandising no oficial, que se vio en la puerta del teatro: vinchas, pañuelos y fotos de los protagonistas. Aunque su rating promedio en 207 capítulos fue de 19.4 y pocas veces le ganó a la competencia («Soy gitano»), su atractivo target optimizó su comercialización, permitiendo elevar el segundo de publicidad a 900 pesos.

En el Gran Rex, el público tampoco era el esperado ni se comportó de manera previsible. No había, por ejemplo, jovencitas histéricas gritándole a Pablo Echarri. Aunque recibió algunos gritos, fueron menos en relación con la ovación que recibieron Tina Serrano, Sandra Ballesteros, Fabián Vena o Daniel Fanego por sus actuaciones en la novela. La heterogeneidad en la convocatoria era asombrosa: predominaba la franja femenina de 25 a 40 años, pero había gran cantidad de hombres coreando la música o aplaudiendo conforme se iban resolviendo las intrigas.

Además del marketing, buena prensa y excelencia actoral, «Resistiré» atrajo por su estética y musicalización, además de una inventiva poco habitual en televisión: el final reveló que el villano Fabián Vena era un caníbal que se comía a su tío Octavio para salvarse de una enfermedad terminal y se lo vio morir en una escena memorable con los efectos especiales bien puestos.

Luego se mostró al protagonista
Echarri muerto, aplastado por escombros tras una explosión realmente bien lograda (una más de las audacias de un programa que salió a pelearle en buena ley a la ya perimida novela familiar-barrial de Adrián Suar). Claro que, telenovela al fin, «Resistiré» no esquivó el obligado final feliz: Echarri resucitó tras el efecto de «la vacuna de la vida infinita» y fue al encuentro de su amada Celeste Cid, recluida en una espectacular mansión... en París.

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