6 de diciembre 2006 - 00:00

Frigerio: "En el teatro, ahora reparto el juego"

Andrea Frigerio: «Hice vodevil, lo que no es algo menor, peroahora me meto de lleno en la comedia ingeniosa».
Andrea Frigerio: «Hice vodevil, lo que no es algo menor, pero ahora me meto de lleno en la comedia ingeniosa».
"Me sigue asombrando que cada vez me den papeles más importantes. En realidad, yo me perfilaba para ser una figura mediática y estaba contenta con eso, pero de pronto me hicieron ver que también podía ser actriz", dice Andrea Frigerio. Luego de su paso por «Los Roldán» y de afirmarse como comediante con títulos como «Taxi», la ex modelo debutará pasado mañana en el Teatro Güemes de Mar del Plata encabezando el elenco de «Mamá», la comedia de Andrew Bergman («Social security» en la versión original), que estrenaron hace diecisiete años Luisina Brando, Carlos Andrés Calvo y Aída Luz.

En el nuevo elenco están Fabián Gianola (elegido por la misma Frigerio); Henny Trailes, Emilia Mazer, Roberto Catarineu y Alberto Anchart. Dialogamos con ella:

Periodista: ¿Este es el personaje de mayor peso dramático de su carrera como actriz?

Andrea Frigerio: Vengo de hacer vodevil, que es todo un género, pero este proyecto tiene más peso porque se trata de una comedia de texto y por lo tanto todo está puesto en la palabra, en lo ingenioso de los diálogos y en la eficacia de cada situación. Acá no hay protagonistas, quizás la madre que da título a la obra, pero mi personaje es pivote. Lo que quiero decir es que nunca dejo el escenario en la hora veinte que dura la obra, soy la que reparte el juego.

P.: ¿La había visto a Luisina Brando en esta obra?

A.F.: La admiro muchísimo. Es más, la única telenovela que vi en mi adolescencia fue «La señora Ordoñez». Hace un tiempo la dieron de nuevo y yo la volví a ver porque ella me encanta e increíblemente quien hacía de su pareja era nuestro director, Carlos Olivieri, que además la dirigió a Luisina en «Mamá» en aquella temporada.

P.: ¿Pero cómo es su personaje?

A.F.: Es una mujer que asciende socialmente al casarse con un marchand de arte. La pareja vive en un penthouse de Nueva York y se mueve en un ambiente muy sofisticado. Es una mujer muy snob, que trepó socialmente y ahora se avergüenza de su madre y su hermana. Cuando esta última le dice que ya no puede cuidar más a la madre y se la instala en su casa, para ella es un papelón, no sabe qué hacer para esconderla. Y para complicar aún más las cosas la madre inicia una relación amorosa con un viejo pintor.

P.: ¿En quién se inspiró para interpretarla?

A.F.: No podría precisarlo porque en mi trayectoria como modelo tuve oportunidad de conocer a mucha gente así, sobran los ejemplos. Como ya sabrá, snob significa «sin nobleza», aquél que se hace pasar por aristócrata sin tener ningún lazo sanguíneo que lo ligue a esa clase.

P.:
Entre teatro y TV ¿se decidió por el teatro?

A.F.: Este año tomé la decisión de trabajar menos y dedicarle el mayor tiempo posible a mi familia. Rechacé varias propuestas televisivas para no tener que pasar 12 horas dentro de un estudio de grabación. Esto me permitió estar, como un soldado en mi casa, todos los días a las cinco de la tarde, para hacer los deberes con mi hija Josefina, de 9 años. Y dio resultado porque le fue muy bien en el colegio.

P.: ¿Y qué va a hacer el año próximo?

A.F.: En marzo voy a hacer un magazine informativo en el canal Fox para toda Latinoamérica. Dicen que llega hasta México y la Costa Oeste de Estados Unidos; aunque el otro día me crucé con Alfredo Odorisio, el ex gerente de programación de «América», en un partido de polo y me comentó que en su casa de Nueva York sintoniza perfectamente esa señal.

P.: Va a tener que aprender castellano neutro.

A.F.: Yo ya había tomado clases cuando me convocaron para hacer una novela en México, que finalmente no acepté por «Los Roldán». Pero en este caso quieren que salga con acento argentino para que se note que se emite desde Buenos Aires. Aunque este año trabajé menos, fue muy enriquecedor. Volví a mis clases de baile y de canto y también tomé algunas de teatro con Julio Chávez. Este cambio de ritmo me permitió reparar esa sensación de no estar el tiempo suficiente con mi familia.

P.: ¿Qué la preocupaba tanto?

A.F.: Yo le doy mucha importancia a la familia. Ahora que mi hija Josefina está por cumplir diez quiero tener otro hijo y parece que la naturaleza me lo va a permitir. Siento que las mujeres de esta época somos como esos malabaristas que mantienen en el aire varios platitos a la vez sin que se caiga ninguno. Pero, en mi caso, si hay un plato que no se puede caer nunca es el de los hijos. Me gusta dedicarme a ellos, por eso me tomé quince años entre Tommy y Josefina.

Entrevista de Patricia Espinosa

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