25 de julio 2013 - 00:00
Guastavino y Twain en original comunión
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Santiago Rosso: Cuando nos conocimos, durante los ensayos de "Masterclass", la obra protagonizada por Norma Aleandro en la que yo interpretaba al pianista, Manny, inmediatamente pensamos en que teníamos que hacer algo juntos. Ese proyecto tenía que ver con música para piano y escena, claramente. Después se sumaba inmediatamente en mi caso mi amor por la música de cámara, que María Concepción compartía, y su acercamiento a los cantantes, que también comparto, como directora de escena de ópera y asistente. Las cosas estaban dadas y surgieron solas.
S.R.: En principio era un collage abierto a la música en español, pero después nos dimos cuenta de que en ese primer borrador de la obra que le llevamos a Norma Aleandro la potencia que había en la música de Guastavino iba estupendamente bien con las intenciones del texto. Por eso decidimos abocarnos a sus canciones. Y nos dimos cuenta también de que había vacíos estructurales en los cuentos de Twain, tal vez dejados a propósito por él.
P.: ¿Cuáles, específicamente?
S.R.: Eva en ningún momento habla de sus hijos, Adán sí. Ese balance lo compensamos a través de la música. Por eso aparece una canción de cuna en un momento muy específico.
M.C.P.: La cuestión de la serpiente-manzana en el texto de Twain la cuenta Adán. Eva nunca toca el tema, pero eso lo llevamos a una de las canciones.
S.R.: Nos preguntamos por qué había tantos vacíos en la historia. La respuesta está en que el eje es la relación entre ellos, no la historia del Paraíso y la expulsión. Lo que hicimos fue reforzarlo y seguir experimentado y explotando esa unión de texto y música. En la obra nunca hay diálogos, pero es muy dialéctica.
P.: ¿Hay acción escénica?
M.C.P.: Mucha. Hay un punto en el que los personajes no son lo que dicen sino lo que hacen.
S.R.: Por eso es casi un género nuevo: no es una ópera ni una obra de teatro ni un concierto de cámara, pero sí es todo eso. Nos resulta gracioso pensar que es casi como si le hubiéramos encargado a Guastavino la música para esto. Son estructuras simultáneas conviviendo en una misma cosa.
M.C.P.: Fue un trabajo de un año de síntesis de muchos elementos. Además tanto Alejandro Meerapfel como Patricia González hicieron muchísima ópera y cámara, y ambos son excelentes actores.
P.: El año pasado falleció uno de los autores principales a los que Guatavino musicalizó, León Benarós.
S.R.: Sí, y aquí hay textos suyos, de Francisco Silva, de Quevedo, Luis Cernuda, Gabriela Mistral, Nilda Mileo, Hamlet Lima Quintana. Para nosotros, a pesar de tener una bella música, lo que pesó en la elección de las canciones fue la calidad de sus textos. En la obra de Guastavino hay una serie de canciones muy poco transitadas por distintas razones, y este espectáculo es un excelente paneo de esa producción, porque hay desde obras muy conocidas hasta otras casi desconocidas.
M.C.P.: Parte del trabajo fue el de entrelazar textos de las canciones con el de Twain.
S.R.: Hay sonoridades de la palabra que aparecen constantemente en la obra, trasladando algunas frases de las canciones que anticipan o aparecen como un sonido retrospectivo de las situaciones que atraviesan los personajes.
Entrevista de Margarita Pollini
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