Córdoba - La presencia de la Mona Giménez dio un giro inesperado a uno de los espectáculos más polémicos del Festival del Mercosur, que se está realizando en Córdoba hasta el 7 de este mes. «Cuarteto» es una coproducción del Goethe Institut que el alemán Roland Brus llevó a cabo con la participación de 17 cuarteteros (todos fans de la Mona Giménez, incluida su hija Lorena), 4 músicos clásicos, una banda de 8 músicos cuarteteros y 12 extras.
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El espectáculo busca recrear el ambiente propio de estos bailes, ubicándolo en un contexto de clara marginalidad que incluye diversos testimonios de vida de los propios participantes, además de desmesuradas expresiones de culto hacia el famoso cantante cordobés (incluido un santuario con exvotos).
Al terminar la función, se reveló la presencia de la Mona entre el público desde uno de los palcos del tradicional teatro Del Libertador San Martín (un espacio al que se está intentando poner a punto y así recuperarlo para la ópera). La emoción se adueñó del elenco y ninguno de sus integrantes pudo disimular sus lágrimas luego de recibir el agradecimiento de su ídolo («a pesar de que me endiosaron mucho»).
Giménez destacó que así como ellos, sus fans, pagaban para ir a verlo, él también había pagado su entrada de esa noche. También recordó que su carrera no fue fácil: «Yo sólo pude subirme a este escenario invitado por Jairo o por Julio Bocca y ahora estoy muy contento de que ustedes hayan podido hacerlo con espectáculo propio», dijo.
«Cuarteto» recibió muy duras críticas de la prensa cordobesa que cuestionó la inversión en un espectáculo que ofrece serias fallas de dramaturgia, pero que al menos sirvió para dejar en claro que la música cuartetera sigue siendo poco menos que el himno nacional para los cordobeses. La Mona Giménez disfruta en vida el culto y la veneración que Rodrigo, su principal competidor, sólo logró después de muerto.
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