10 de enero 2014 - 00:06

“Hay cierta crítica, pero no bajada ideológica”

Para Andrés Caminos y Gadiel Sztryk, sus personajes “reúnen todos los prejuicios y clichés de los argentinos. Nuestra intención es ivertir y que la gente haga su propio análisis de lo que le mostramos. Para nosotros es la combinación ideal”.
Para Andrés Caminos y Gadiel Sztryk, sus personajes “reúnen todos los prejuicios y clichés de los argentinos. Nuestra intención es ivertir y que la gente haga su propio análisis de lo que le mostramos. Para nosotros es la combinación ideal”.
El dúo cómico Sutottos, integrado por Andrés Caminos y Gadiel Sztryk, reestrena mañana, "Bigote Argentino" dirigido por Daniel Casablanca. Las funciones se ofrecerán en el Teatro Chacarerean los viernes y sábados a las 23. Es el séptimo espectáculo de estos jóvenes creadores que iniciaron su carrera profesional en 2005 al ser premiados en el Festival de Arte Joven Sub 18 del Gobierno porteño.

Periodista: En "Bigote Argentino" retoman las andanzas de Alberto y Osvaldo, dos vecinos gruñones que opinan de todo.

Gadiel Sztryk: Sí, ya habían aparecido en "Sujeto Tácito". En ese espectáculo mostramos la infancia, adolescencia y adultez de estos dos gordos criticones.Nuestro punto de partida fueron esos balcones que dan a la autopista. Siempre nos preguntamos cómo alguien puede vivir en esas condiciones. En este caso suben la televisión cada vez más porque los ruidos de los autos no los dejan ni escucharse a ellos. La autopista forma parte de sus vidas. Los dos son bastante reaccionarios y siempre creen que tienen la verdad.

Andrés Caminos: No se sabe bien si son jubilados y se aman y se odian como sucede con los vecinos. Desprecian a su esposa de toda la vida con una mirada recalcitrante y machista. Hablan mal del país, del edificio, del barrio, de los parientes; son nostálgicos del pasado; incluso el fútbol era mejor antes, y protestan si hace calor, si llueve o si hace frío. Son una queja eterna y la obra busca llevar esa queja al extremo máximo y eso genera comicidad.

P.: ¿Y ustedes qué creen? ¿El argentino medio es peor o mejor que antes?

G.S.:
No estoy seguro... Creo que es mejor ahora. Tener ya 30 años de democracia sugiere algo nuevo en nuestra sociedad.

M.C.: Ahora hay que aprender a vencer las nuevas formas de dictadura que se infiltran en la sociedad y en la vida de cada uno. Todos tenemos un bigote adentro.

P.: ¿Se refiere al famoso "enano fascista" que domina nuestros actos?

M.C.:
Bigote podría ser sinónimo de pensamiento reaccionario. No se trata de que los argentinos seamos unos totalitarios. Pero, quién no ha tenido un gesto discriminador, un acto de violencia en medio del tránsito o de absoluta intolerancia en cualquier episodio de su vida. Por eso la gente que viene a ver el espectáculo nos dice que estos personajes le recuerdan a su tío, a su padre o a su abuelo. En la realidad esa gente tiene más facetas, no es ciento por ciento como estos personajes. Pero se identifican con ellos, porque Alberto y Osvaldo reúnen todos los prejuicios y clichés de los argentinos.

P.: ¿Hacen humor sobre temas coyunturales de la sociedad argentina?

G.S.:
No. Hay cierta crítica social, pero no una bajada ideológica. Nuestra intención es divertir y que la gente haga su propio análisis de lo que le mostramos. Para nosotros es la combinación ideal.

P.: ¿Han tenido algún incidente con el público?

G.S.:
Sólo en nuestros primeros espectáculos. Eramos muy chicos y nuestros sketchs eran menos sólidos. Había más improvisación. Una vez tuvimos una espectadora que comentaba lo que pasaba en escena, todo el tiempo. Así que decidimos subirla al escenario con su mesa y su bebida e hicimos toda la función con la señora ahí arriba y ella siguió con sus comentarios. Hoy nuestros guiones desarrollan una historia y están mucho más trabajados.
Entrevista de Patricia Espinosa

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