11 de octubre 2001 - 00:00

Herbert Ross unió como pocos la danza y el cine

Herbert Ross.
Herbert Ross.
La muerte del director de cine y coreógrafo Herbert Ross dejó a Hollywood sin uno de los pocos realizadores capaces de aunar el cine y el baile de manera tan perfecta. «Herbert era un gran director porque llevó sus conocimientos de la danza a la dinámica del cine», dijo la actriz Shirley MacLaine, amiga personal del director fallecido. Ross, de 74 años, murió el martes en Nueva York por un paro cardíaco.

Especialista también en comedias y director destacado en actrices, por la sensibilidad que era capaz de dar a sus personajes femeninos, Mac-Laine fue una de sus actrices preferidas, junto con Anne Bancroft, al frente del reparto de la que es considerada la principal película de Ross, «Momento de decisión» («The Turning Point», 1977), basada en la historia casi biográfica de su esposa Nora Kaye, con quien estuvo casado hasta su muerte por cáncer. En esa película también debutó como actor el bailarín Mijail Baryshnikov.

Nacido en Nueva York, su carrera empezó a los 15 años cuando a espaldas de su padre comenzó a participar en un gira de bailarines aficionados.Sin embargo, su carrera como bailarín se vio truncada con una fractura de tobillo. El pintor español Goya se convirtió en la inspiración de Ross, que maravillado por los «Caprichos» convirtió esta obra en un ballet con el que debutó como coreógrafo en 1950.

Su carrera en el cine fue tardía y relacionada con la danza después de que su primer intento, «Carmen Jones», fue tan deplorable que el realizador decidió retirar su nombre de los títulos de crédito. Entre las películas más recordadas de Ross, muchas de las cuales se convirtieron en éxitos de taquilla, figuran «Adiós Mr. Chips» (1969), con Peter O'Toole y Petula Clark, «El búho y la gatita» (1970), con Barbra Streisand y George Segal,

«Funny Lady» (1974), con Barbra Streisand y James Caan. «La pareja despareja» (1975), con Walter Matthau y George Burns, «El caso final» (1976), con Nicol Williamson y Alan Arkin (un desopilante encuentro entre Sigmund Freud y Sherlock Holmes), «La chica del adiós» (1977), con Marsha Mason y Richard Dreyfuss, «California Suite» (1978) con Alan Alda y Michael Caine, y «Nijinsky» (1980), sobre la vida del célebre bailarín, con George de la Peña y Alan Bates.

Anteriormente, había dirigido a Woody Allen en «Sue-ños de un seductor», sobre la obra teatral de éste «Play it again, Sam», una de las pocas oportunidades en la que el creador de «Manhattan» aceptó participar en una película dirigida por otro realizador que no fuera él mismo.

Una de sus películas «malditas», por la mala suerte que ha tenido en el cine pese a que muchos críticos la consideran una obra maestra (
Guillermo Cabrera Infante entre ellos) es el musical «Pennies From Heaven» (1981), con Steve Martin y Bernadette Peters. Esa mala suerte provocó, inclusive, que no se estrenara en numerosos países, como la Argentina.

Ross también estuvo detrás de productos para otra generación, alcanzando el mismo éxito con el musical «Footlose» (1984), con Kevin Bacon de protagonista, o «Flores de acero» (1989), uno de los trabajos más destacados en la carrera de Julia Roberts. Tras la muerte de su esposa Kaye, Ross creó una fundación para la lucha contra el cáncer. Volvió a contraer matrimonio con Lee Bouvier Radziwill, hermana de Jacqueline Kennedy Onassis, de quien se divorció a principios de año.

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