11 de junio 2002 - 00:00

Hollywood de nuevo en guerra por grabaciones

Los Angeles - Hollywood, nunca tímido en cuanto a volver a filmar viejas películas, quiere repetir una lucha que libró hace 18 años, cuando la Corte Suprema de Estados Unidos dispuso que los fabricantes de aparatos electrónicos no infringen derechos intelectuales por la grabación de material de la televisión comercial.

Aquel caso se centró en la grabadora de videos Betamax, de Sony. El nuevo libreto se refiere a la grabadora digital de videos ReplayTV 4000, de SonicBlue, fabricada para captar imágenes de alta definición en discos duros, en vez de cintas.

ReplayTV 4000 ofrece dos funciones nuevas: borrado automático de avisos comerciales de los programas grabados y distribución de las copias por correo electrónico a otros poseedores de la grabadora.

Según la opinión de Hollywood, esas cualidades podrían sacudir las bases de la televisión financiada con avisos
. Veintiocho empresas de entretenimiento demandaron a SonicBlue en los tribunales de Los Angeles por supuesta violación de los derechos intelectuales en octubre y noviembre, antes de que el producto empezara siquiera a ser distribuido.

Ahora, como en el caso de la vieja Betamax, las empresas de entretenimiento esperan superar el problema demandando al fabricante, no a los consumidores. Pero los abogados de Hollywood causaron una tormenta cuando exigieron -y brevemente consiguieron-el derecho a examinar datos sobre los hábitos de los televidentes.

Alarmados por la posible invasión a la privacidad, los grupos de defensa de los consumidores dieron pie a grandes titulares y a argumentaciones legales cuando apoyaron a SonicBlue. El 15 de mayo, la jueza de distrito Florence Marie Cooper emitió un dictamen de no innovar acerca de si la empresa debe grabar y compartir información con los demandantes. Sin quererlo, Hollywood puede haber desatado fuerzas consumidoras que prolonguen el caso y mejoren las perspectivas de SonicBlue, cuyos valores cayeron 64 por ciento este año, a $1,45.

El presidente y máximo ejecutivo de la empresa,
Kenneth Potashner, dijo que podría anunciar la formación de un fondo para la defensa legal, con aportes externos, para defender a SonicBlue contra litigantes como Viacom, Walt Disney, AOL Time Warner y Vivendi Universal.

Si bien las demandas afectaron el precio de las acciones,
Potashner dice que las ventas de ReplayTV 4000 «han sido explosivas» como resultado de la publicidad. Evidentemente algunos consumidores piensan que «si los estudios no quieren que yo tenga una de esas, deben ser bastante buenas', dijo Potashner.

•Temas no resueltos

En el caso Betamax, también disputado en Los Angeles, la corte falló a favor de Sony en 1979. Dos años después, la Corte de Apelaciones del Noveno Circuito revirtió esa decisión. La Corte Suprema finalmente decidió el caso, formalmente conocido como Sony of America vs. Universal City Studios, con un fallo 5-4 a favor de Sony en 1984.

Viacom, Disney y NBC, de General Electric, insisten en la querella con SonicBlue que no están disputando el uso de videograbadoras, o de videograbadoras digitales 'comunes'. Pero es difícil que puedan derrotar a la empresa sin torcer el viejo dictamen. Los temas espinosos sobre derechos de autor no quedaron adecuadamente resueltos con la decisión del caso Betamax, dijo
Sid Sheinberg, que estuvo involucrado por parte de Universal como presidente de MCA, por entonces matriz del estudio.

Los estudios temían una pérdida de control sobre programas con derechos de autor si los consumidores tenían la libertad de grabar las transmisiones, dijo
Sheinberg. La aparición de videograbadoras digitales plantea esa cuestión de nuevo. «Esto es todo lo que dijimos en el caso Betamax, pero ahora es más refinado', explicó.

•Todavía pequeño

SonicBlue no quiere divulgar la cantidad de unidades de ReplayTV 4000 distribuidas, aparte de decir que se vendieron «varios miles» en el cuarto trimestre de 2001. La empresa espera duplicar sus envíos de la videograbadora en cada trimestre de 2002 y obtener rentabilidad para fin de año.

Aparte de las videograbadoras digitales, SonicBlue tiene otras dos líneas de productos: los reproductores de audio digitales Rio y las VCRs de doble pista y DVD/VCRs integrados. Para el primer trimestre tuvo una pérdida neta de $16,6 millones sobre ingresos por $65,1 millones.

La firma sigue siendo un jugador pequeño en una industria naciente. Solamente se instalaron 1,1 millones de videograbadoras -también llamadas «personales»- en tres años, según
Adi Kishore, analista de Yankee Group, una firma de investigación de mercado. EchoStar Communications y Tivo abarcan el grueso de las ventas de grabadoras. No han sufrido la ira de Hollywood porque no anunciaron que sus productos pueden hacer desaparecer los comerciales.

Las empresas gigantescas de medios no dudan en recurrir a los litigios para atacar a las pequeñas empresas, como se demostró con sus demandas en contra de los servicios de intercambios de archivos por Internet.

Napster fue puesta de rodillas sin siquiera ir a juicio. La empresa de Internet accedió a vender sus activos por apenas $8 millones a Bertelsmann AG, una de las firmas que la demandaron en 1999 para que interrumpiera su servicio gratuito para los amantes de la música. Kazaa NV, otra firma de intercambio de archivos, arrojó la toalla hace poco, después de ser demandada por infringir los derechos de propiedad intelectual por siete importantes estudios de Hollywood y cinco de las mayores firmas discográficas. Los abogados de Kazaa dijeron que la empresa no puede afrontar seguir combatiendo el «litigio estilo Rambo» de las compañías de entretenimientos.

Streamcast Networks, dueña del servicio Morpheus, hizo una afirmación similar como coacusada en el caso Kazaa. Los abogados del estudio Wilson Sonsini Goodrich & Rosati dijeron a la corte que se retirarán porque Streamcast no puede costear los gastos legales. El caso SonicBlue va mucho más allá porque los abogados de la parte acusadora le piden al tribunal que declare ilegal la eliminación de comerciales de una transmisión televisiva grabada.

Inclusive
Sheinberg, el abogado de los estudios en el caso Betamax, sucumbió al placer de poseer una grabadora Tivo. ¿Mira los comerciales? «No», dijo. «¿Por qué miraría alguien los comerciales? Habría que estar loco». No es de asombrar que sus sucesores de Hollywood estén preocupados.

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