16 de septiembre 2008 - 00:00

La gala que se merecía el día del Centenario

PaulaAlmerarescantó consu bella vozunrepertorioque le vacomo anilloal dedo.
Paula Almerares cantó con su bella voz un repertorio que le va como anillo al dedo.
Gala Lírica. Dir.: M. Perusso. Sol.: P. Almerares (soprano), Darío Volonté (tenor) y Luis Gaeta (barítono). Orquesta Estable del Teatro Colón. (Auditorio de Belgrano.)

Como un signo positivo de su nueva responsabilidad como director artístico de Opera del Teatro Colón, Mario Perusso organizó un concierto sinfónico-vocal que aglutinó a la Orquesta Estable con tres calificados cantantes argentinos de trayectoria nacional e internacional. Algo que no se debía dejar de lado en la temporada del Centenario del Colón, obligadamente fuera de sede, se cumplió con este concierto que fue largamente aplaudido por un público que casi colmó las plateas del Auditorio de Belgrano.

La Estable, visiblemente mejorada, aún muestra señales de preparación apresurada y una carencia de refinamiento. De todos modos acompañó con corrección el trabajo de los solistas. La exquisita soprano platense Paula Almerares cantó con su bella voz un repertorio que le va como anillo al dedo siempre, con amplitud de registro y plenitud musical.

Arias de «La Rondine», «La Bohéme», «Gianni Schicchi» y «Turandot» de Puccini exhibieron lo mejor de la cantante. A su lado, el barítono Luis Gaeta aportó su vocal capacidad a un conjunto de arias más ecléctico: Mozart, Offenbach y Verdi (en dúo con Almerares). Gaeta aprovechó la ocasión para poner humor y capacidad histriónica a su participación. Por ejemplo cuando cantó «Madamina, il catalogo...» de «Don Giovanni» sacó de su bolsillo un teléfono celular, simulando tener allí los datos del conquistador. A último momento se sumó a la gala el tenor Darío Volonté. Cantó «Donna, non vidi mai» Manon Lescaut») y «Nessun dorma» («Turandot») con las extraordinarias dotes musicales que se le reconocen, con un agudo potente y sostenido que magnifica su bello registro. La Estable con la conducción de Mario Perusso pareció otra orquesta aunque, como ya se dijo, todavía le falta trabajo para alcanzar la calidad de otras épocas.

Fragmentos instrumentales de Weber, Puccini y Saint-Saens se alternaron con las arias asignadas a los cantantes.

E.G.

Dejá tu comentario

Te puede interesar